Tal vez sea a causa de la coincidencia de la función con el híper festejado Día del Amigo. O quizás por una difusión previa insuficiente. O a raíz de los vaivenes que marcan las preferencias del público local respecto a las obras teatrales que aterrizan en la sala mayor. De una u otra manera, la gran pieza escénica “Hombre mirando al sudeste”, versionada para teatro por el propio director de la afamada película (Eliseo Subiela), sólo convocó a cerca de 150 personas, el viernes pasado en el Verdi. La destacada puesta en cuestión, cuenta con los magistrales textos interpretados por el gran Lito Cruz (como el doctor Julio Denis) y Alejo Ortiz (como Rantés, paciente del neuropsiquiátrico). Ambos, ayudados por una precisa iluminación, recrean la recordada alegoría sobre la insensata división entre “cuerdos” y “locos” en una sociedad tan deshumanizada, cruel y despojada de una razón que intente mejorar las condiciones de vida.