Escribe:
Jesús Chirino
Las luchas sindicales de los trabajadores en la Argentina, plantean Santiago Senén González y Fabián Bosoer en su nuevo libro, tuvieron inicio hace dos siglos. Dar cuenta de esta extensa y compleja historia no es tarea sencilla, y la misma gana en complejidad si se pretende plasmarla en un libro de unas cuatrocientas y algunas páginas. Y ese ha sido el enorme desafío que asumieron Bosoer y González en esta obra que la editorial Vergara lanzó a la venta con el título “La lucha continúa… 200 años de historia sindical en la Argentina”. En medio de las conmemoraciones que en estos años de dieron por diferentes bicentenarios patrios los autores suman este análisis de los doscientos últimos años de lucha de los trabajadores en nuestro territorio.
Los dos autores
Antecedentes para salir airosos en el emprendimiento no les falta. Fabián Bosoer es politólogo y periodista. Autor de varios libros, tres de ellos dedicados a la historia política y sindical y escritos junto a Santiago Senén González. Por otra parte trabaja como docente en las universidades de Buenos Aires y la de Belgrano y también en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación.
Por otra parte este máster en Relaciones Internacionales (Flacso) ejerce como editor y editorialista en Clarín, a la vez que es colaborador en las revistas Historia y Todo es Historia. Por su parte Santiago Senén González posee una extensa carrera en los medios de prensa a lo largo de la cual realizó la cobertura periodística de numerosos eventos sindicales. Por años trabajó en diarios y revistas de Capital Federal, fue jefe del informativo de Radio Buenos Aires y director periodístico en Agencia Télam. Ha ejercido la docencia en diferentes espacios institucionales, entre los cuales pueden mencionarse un posgrado de Historia Sindical dictado en la UBA, el Museo Social Argentino y también la Universidad del Salvador. Actualmente colabora en el diario La Prensa y la revista Todo es Historia. También es el creador y compilador del Archivo del Sindicalismo Argentino (ASASG) en la Universidad Torcuato Di Tella, inaugurado en 2005. Historiador que ha publicado una docena de libros acerca del movimiento obrero, supo ocupar diferentes cargos en entidades gremiales de los periodistas.
El libro
No es un dato menor saber que Senén González no sólo escribe como estudioso de la historia sino también como un hombre del periodismo que ha presenciado muchos acontecimientos claves en el desarrollo del movimiento obrero de las últimas décadas.
Este libro dedicado a tan compleja temática está planteado desde una interesante diversidad de miradas, pues a las plumas de los autores ya mencionados se suman otros nombres que aportan sus notas. Así podemos leer interesantes escritos, entre otros, de Víctor O. García Costa, Mirta Zaida Lobato, Germán Ferrari, Gabriel A. Ribas, Claudio Panella, Marcos Taires y Juan Carlos Rodríguez.
Esas incorporaciones hacen que la obra habilite una visión calidoscópica sobre la historia del sindicalismo argentino, desde los primeros tiempos del nacimiento de nuestro país hasta recientes acontecimientos como el alejamiento de Hugo Moyano de la línea oficialista o la división de la Central de Trabajadores de la Argentina.
Un autor
Más allá de la lectura del material consideré pertinente dialogar con uno de los autores, así me puse en contacto con Santiago Senén González quien en relación a las diferentes etapas del desarrollo del sindicalismo argentino me señaló las siete que se establecen en el libro. Como inicial menciona aquella que arranca con los primeros gremios y llega hasta lo que denomina sindicalismo de combate; luego se pasa de este sindicalismo hasta el reformista (1916-1943); la etapa siguiente abarca desde 1955 hasta 1971 y va desde el sindicalismo de Estado al sindicalismo en el poder; paso seguido, desde 1955 a 1971, es tiempo de lo que denomina “resistencia peronista y poder sindical”; la etapa siguiente es presentada bajo el título “sindicalismo de Estado - tercer gobierno peronista (1971-1976); luego “dictadura y neoliberalismo” (1976-1983) y por último “sindicalismo y democracia” (1983-2012).
También le pregunto ¿en tantos años de cobertura periodista de la vida gremial de los trabajadores, cuáles han sido los acontecimientos que más le impactaron? González contesta con una larga lista, fruto de su dilatada trayectoria y del peso de los hechos mencionados. Así es que menciona el Congreso Normalizador de la CGT en 1957, la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre en 1958, las tomas de fábricas en 1964, durante el Gobierno de Arturo Illia, los plenarios de las 62 organizaciones; el Rodrigazo, durante el Gobierno de Isabel Martínez de Perón; el Cordobazo, en 1969; los paros contra la dictadura y por último menciona los actos de Saúl Ubaldini.
Otra pregunta que le hago es ¿qué hechos de la historia sindical argentina le parece que son pocos o mal conocidos por los ciudadanos en general? En este punto menciona una gran variedad de cuestiones acerca de las que deberíamos conocer más: las colonias de vacaciones de los sindicatos; los secuestros de dirigentes gremiales como el caso de Oscar Smith, quien siendo secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza en 1977 fue llevado por las fuerzas represoras. Para Santiago Senén González también debe profundizarse lo que en general se conoce acerca de las leyes gremiales, como el caso del Estatuto del Peón Rural y las luchas de periodistas y bancarios.
No puedo substraerme de mi interés provinciano y le pregunto acerca de nuestro Agustín Tosco. Dice haberlo conocido en el Congreso Normalizador de la CGT realizado en el año 1957. Años más tarde lo vio en su Luz y Fuerza de Córdoba. Le pareció un cuadro gremial muy formado y resalta una gran característica de Tosco, su capacidad para discrepar sin perder su cálida sonrisa, sin dejar de lado la simpatía y haciéndolo de forma amable. Remarca la gran simpatía del gringo y recuerda una noche compartida con él en un bar de Córdoba, amenizando la charla con café y alguna que otra ginebra.
Por último volvemos al libro, y remarca que “La lucha continúa…” está dirigido en especial a profesores y estudiantes de Ciencias Políticas, historia, sociología, economistas. Pero también a militantes de diversas ideologías pues, agrego, conocer la historia es necesario para interpretar el presente y continuar las luchas mediante las cuales se conquistan y se defienden los derechos.
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