Escribe: Laura Tuyaret
Especial para EL DIARIO

Allí desde donde se ve el cerro Pan de Azúcar, asomándose como un gigante sereno a lo lejos. Exactamente en el lugar en donde el smog de los autos se va diluyendo en el aire puro y aflora el perfume a peperina y otras hierbas serranas. Ahí donde la avenida Donato Alvarez, que nace en el barrio cordobés de Argüello, empieza a descubrir a su paso el marco de las Sierras Chicas. Justo ahí aparece Villa Allende.
Dista a menos de 20 km de la ciudad de Córdoba y tiene más antigüedad de la que aparenta. Es que Villa Allende fue fundada por el año 1889, pero su crecimiento más importante se dio recién en los últimos años debido a sus excelentes características como “ciudad dormitorio”. Así, aquellas personas que buscaban una vida tranquila, pero cerca de sus actividades en la capital, encontraron en esta villa el sitio perfecto.
Lugar más que indicado para descansar. No porque sí sus calles de tierra se llenan cada vez más de residencias y casas de verano. No hay mejores mañanas que las de Villa Allende, en donde el sol va descubriendo poco a poco las ondulaciones del paisaje. Las caminatas por los caminos que conducen a las sierras son un gran programa para los atardeceres. Perderse entre las impenetrables arboledas y dejarse sorprender por los pequeños arroyos cristalinos y vertientes que van apareciendo a orillas de los senderos es una de las mejores aventuras.

De día y de noche

Además de poseer un atractivo centro comercial dotado de paseos y galerías, esta ciudad, como muchas otras de las Sierras Chicas, tiene el orgullo de ostentar varias joyas arquitectónicas. Una de las más sobresalientes es la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, que maravilla con la original combinación de líneas neogóticas en su construcción y el estilo ecléctico de su torre. Otra de las visitas ineludibles es el Convento San Alfonso, una de las edificaciones más antiguas. Data del Siglo XVII, mucho tiempo antes de la fundación del municipio.
Villa Allende también es una de las ciudades más populares del Gran Córdoba por su agitada movida nocturna. Bares y boliches de primer nivel, y el famoso Bingo engalanan la noche serrana. El convite atrae cada fin de semana a cientos de visitantes de las localidades cercanas.

Deporte y altura

Considerado uno de los mejores del país y del mundo, el campo del Golf Club de Villa Allende es otra de las perlitas de esta localidad. Fue diseñado hace más de 80 años y su ubicación justo al pie de las sierras lo dota de una belleza incomparable. Internacionalmente reconocido, es halagado por su estilo inglés y apreciado por los entendidos debido a las características de su terreno, conformado por obstáculos naturales como una laguna y una frondosa arboleda.
Otra de las propuestas imperdibles es tomar uno de los caminos que conducen a la cima del cerro Pan de Azúcar, ya sea en auto o simplemente a pie. Desde sus 1.260 metros de altura se tiene una de las más espléndidas vistas panorámicas tanto del Valle de Punilla como de la ciudad de Córdoba. Una gran cruz se erige allí arriba, en donde también se puede disfrutar de un museo de Carlos Gardel, una confitería y un restaurante. En los días más fríos, suele caer nieve, parajes de ensueño, tranquilidad, sierras y aroma a peperina. La perfecta combinación de lo natural con lo urbano. Todo eso en Villa Allende.