El festejo del Día del Amigo, organizado por Musicalísimo en su salón de fiestas de la ruta 9, se aproximó a un verdadero festival folclórico.
Después de 15 años regenteando el Anfiteatro, quién si no Juan Carlos Quaglia y su gente podrían imitar a la perfección un festival nativo con artistas de renombre, comodidad por doquier, pantallas gigantes, etcétera.
El amplio local bajo techo, donde fue posible sortear el frío de la madrugada dominical, estaba cubierto de público en un 80%. Una cantidad que fue suficiente para ovacionar de pie a "Por Siempre Tucu", el grupo de reciente formación que por primera vez pisaba suelo villamariense.
Tres veces aplaudidos con fervor por el público, Roberto Pérez, Coco Martos y los jóvenes Claudio Sánchez, Cecilio Muro y Ricardo Campos, condescendieron en terminar su actuación con "Anoche no dormí", "Luna Tucumana" y "Candombe para José".
Con un repertorio en su mayoría extraído de los clásicos éxitos de "Los Tucu Tucu", los cantores dejaron una actuación plagada de fuerza y romanticismo, que entusiasmó a los espectadores, en especial a los que gustan de la danza nativa, que acompañaron a los visitantes con sus evoluciones de pañuelos y pasos de zambas, chacareras y gatos.
El final fue para "Los Cuatro de Córdoba", frecuentes visitantes de nuestros escenarios. Ellos realizaron un explícito homenaje a la amistad, y trajeron la voz del locutor Rony Vargas, con un mensaje alusivo.
Antes habían actuado convocantes artistas tales como Los Soñadores, Quique Ponce, Mario Lezcano y otros.
Ratificando lo observado en la inauguración del local de fiestas, Musicalísimo demostró una vez más su cuidadoso estilo organizativo, que permitió por ejemplo al público permanecer en sus asientos, sin necesidad de concurrir al bufé a encargar su consumición: un batallón de mochileros ofrecían locro (que se agotó) a 25 pesos, choripán a 15, y otros productos. Con una pulcritud notable, a los mochileros les seguían recolectores de residuos, y a ellos mozos que ofrecían tragos. Y por si esto fuera poco, una bella joven recorría las mesas preguntando a los asistentes (muchos de la zona) si todo estaba en orden.
El acceso y egreso de los vehículos y desde la playa propia de estacionamiento contaba además con otro pelotón de jóvenes, que señalaban la ruta a los conductores.
Se cortó brevemente la red de energía en dos ocasiones, pero estos incidentes no conmovieron a los organizadores, ya que el local cuenta con grupo electrógeno.
Si bien podrían señalarse al menos dos puntos negativos (1.- el sonido, correctamente procesado por Jorge Mellano, no llega bien a todos los sectores del salón. 2.- El seco piso de tierra de las calles internas levantó demasiado polvo), son detalles a corregir que no empañan una organización que por lo que se ve, apunta a objetivos mayores.
Por lo menos, ya hubo una radio (La Show) que transmitió en directo la peña, y la difusión, que incluyó intensa promoción en una emisora cordobesa, perfilan un destino de creciente importancia para el salón donde estaban tendidas mesas en 16 filas de 60 asientos cada una.
En el año quedan al menos dos fiestas por realizarse allí: el tradicional Día de la Madre, y la fiesta de fin de año. Y según se deslizó, puede haber algo más.