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El sacerdote que firma esta carta |
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A todas las personas de buena voluntad, que creen en el Dios de la vida, Señor de la historia y aquellos que se sienten llamados a gastar la vida por el bien de los demás: nunca he estado tan convencido de la inocencia de una persona, como ahora. Me refiero a la injusta detención de Raúl Cardoso (con cariño “El Pirata”), un amigo del alma, que ha puesto lo mejor de sí para hacer las cosas bien; y en él, quiero recordar y hacer presente a todas aquellas personas que son perseguidas, detenidas, acosadas, simplemente por la portación de rostro o la injusta ley de merodeo, que sólo hace crear más malestar en la sociedad y vulnera los derechos fundamentales de la libre circulación. Son muchas las personas atropelladas, en búsqueda de la seguridad. Como le dijeron a una persona, “tus antecedentes te condenan”.
Hay muchas personas y esfuerzo solidario de acompañar y contener (ya desde el Establecimiento Penitenciario (pre-egreso), área Educación, CBU, universidades, terciarios, INADI, INECER, voluntarios, parroquias, Cáritas, Pastoral Penitenciaria, Comunidad Trinitaria y Mercedaria, Iglesia Evangélica, etcétera) a las personas que recuperan la libertad. Muchas de ellas son acosadas, perseguidas, hechos que son informados y que conocen las autoridades policiales y judiciales. Personalmente lo hice saber a quien corresponde. Hoy tenemos detenido a un joven más, que cubre una estadística, que para muchos será señal de seguridad, y de manera poco creíble, buscando esclarecer un hecho. Me pedirán pruebas, sólo tengo la verdad de saber, que ha estado con personas que están dispuestas a declarar, porque han estado con él. Es la palabra, frente a pruebas, que como sabemos, hoy es muy fácil sembrar. Y que ha llevado luego a dejar delitos impunes, por la mala investigación, el apriete, ostigación, etcétera. No quiero poner en duda, que hay personas del Poder Público y de Seguridad, que están haciendo bien las cosas y se esfuerzan por buscar la verdad y he encontrado las puertas abiertas, en algunos lugares, para poder reclamar. Pero hoy me veo en la obligación de compartir con ustedes estos sentimientos de impotencia, que no puedo callar. Sólo tengo la PALABRA, y testimonio de aquellos que están dando lo mejor de sí, para acompañar nuevos procesos de reinserción, para los que recuperan la libertad. Quiero que sepan, que confío plenamente en la inocencia de Raúl Cardoso, por eso no puedo ser indiferente ante este hecho. Gracias por acompañar y ESTAR. Me hago plenamente responsable de lo que aquí expreso. Un abrazo fraterno.
P. José Miguel (Trinitario)
DNI 16254800
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