El encargado del taller local de la empresa Córdoba- Coata, Javier Debernardi, se declaró “muy dolorido” por las frecuentes quejas de los usuarios por el servicio de dicha línea de transporte y confesó que se cansó de “escuchar en silencio las críticas”.
“Tengo 20 años de chofer, seis años en el taller, vengo de una familia de colectiveros, mi padre fundó la empresa Cotas, que iba a Río Cuarto, y trabajo desde las siete de la mañana hasta las 10 de la noche reparando los coches. Me duele enormemente que la gente nos eche la culpa, como si los 370 empleados no hiciésemos nada”, señaló Debernardi, quien si bien admitió que las unidades sufren frecuentes falencias, culpó de la desinversión a “una mala política de reparto de los subsidios por parte del Estado”.
También exhibió fotos del permanente daño que provocan los usuarios en las unidades: “A diario tenemos que reparar asientos cortados con trinchetas, paneles rotos, etcétera. En sólo 10 días tuvimos cuatro actas de infracción por falta de martillos de emergencia. Los reponemos y los vuelven a robar”.
Agregó que en estos días, se verificó que pasajeros del itinerario Villa María- Marcos Juárez “unieron cables del sistema eléctrico de la unidad en que viajaban, provocando un cortocircuito que no generó más daños porque saltó el fusible”.
Dijo, como ejemplo, que “está subsidiado el transporte de Córdoba a Pilar y no el de Córdoba a Villa María, sin que se vea la diferencia”.
En cuanto a los costos, comentó que “a Córdoba, por 50 pasajeros del Boleto Educativo, recibimos un aporte de mil pesos, pero sólo de combustible tenemos 640 pesos, así no queda una empresa de transporte en la provincia que funcione”, agregó.
Córdoba-Coata pertenece en la actualidad al grupo empresario Flecha Bus.