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El psicólogo social Ernesto Fernández Núñez |
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Ernesto Fernández Núñez, el “Chueco” para tantos villamarienses que compartieron con él los años de niñez y juventud, es co-titular de la Comisión para la Asistencia Integral y Protección al Migrante, Refugiado y Peticionante de Refugio, que depende de la Defensoría General de la Nación. Su compañero al timón de semejante “barco” es Marcos Filardi.
De un tiempo a esta parte hay un problema acuciante que echa agua por proa y por popa: la creciente llegada de chicos no acompañados que llegan al país para pedir asilo como refugiados. En su mayoría llega de Africa, principalmente de Senegal, Costa de Marfil y Guinea Konakry.
“Hay historias terribles... Muchos llegan en barco como Pablo, que estuvo dentro de una heladera desenchufada que traía el navío y luego encadenado como un esclavo, según narró”, comentan los encargados de alojarlos, procurarles un lugar y enseñarles español, entre tantísimas otras cosas como, por ejemplo, ayudarlos en el trámite del asilo.
Consideran que éste no es “un problema” para la Argentina, sino “para el mundo”.
“Y es la parte más desarrollada del mundo la que debe hacerse cargo del padecimiento de los que menos tienen y surcan los mares y los océanos en busca de un cachito más de vida”, refieren.
Para ellos, una solución, una sola solución, es como parir, como dar vida.
Pero la tarea es inconmensurable. Por eso hay organizaciones no gubernamentales como la Fundación Católica Argentina de Migraciones, la Mezquita Al-Ahmad y tantas otras.
Fernández Núñez y Filardi lideran un equipo interdisciplinario (incluye una antropóloga, un biólogo...) que coordina todo esto y mucho más. Hasta el momento, además del logro de dar calor y contención, exhiben: los menores que llegan en esas condiciones tienen una tutela que va más allá de la asesoría legal, educativa y laboral. Se trata de un acompañante que va a ser su referente, “un hermano mayor en el país, para que pueda consultarle todo, desde cómo llegar al hotel hasta cuestiones íntimas”.
En el año 2001 fueron tres los menores de edad no acompañados que solicitaron refugio en la Argentina.
En 2007 los casos de esas mismas características fueron 47.
En lo que va de 2008 son 62 los menores no acompañados que pidieron estatus de refugiados en nuestro país.
De esos chicos, el 47% llega en barcos.
El 94% son varones.
Y el 40% de ellos llega como polizón y soporta largas travesías.
En el país hay 700 solicitudes que todavía se encuentran en estudio, a la espera de una definición.
Fuente: Clarín
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