El licenciado Alejandro Rivas, coordinador de la Comisión de Psicología de Tránsito del Colegio de Psicólogos de Córdoba, consideró ayer que quienes manejan a alta velocidad y de manera imprudente “no es que desprecien la vida, sino que desprecian el riesgo”, luego de disertar en la jornada “Reunidos por un transitar saludable”.
La actividad se desarrolló en el auditorio local de Bomberos Voluntarios, en una iniciativa organizada en conjunto con el Colegio de Psicólogos de la ciudad.
Rivas explicó a EL DIARIO que desde 2008, cuando se generó una comisión de estudio, vienen trabajando en la temática y con acciones con colegios de otras provincias. “La idea es que una población saludable pueda transitar de esa manera”, dijo cuando dejaba el auditorio de Bomberos, que lució poblado de alumnos de escuelas.
“Siempre abordamos a la salud en lugares más estancos, como la familia, escuela o trabajo, pero lo cierto es que en el trayecto pasamos gran parte de la vida y en ese trayecto podemos ganar o perder salud”, resaltó.
Explicó que buscan brindar mensajes positivos para concientizar, desde “el transitar saludable y alegre”, aunque aclaró que “el universo humano es tan variado y complejo que a algunos les llegará más un mensaje positivo que tenga que ver con una construcción común y otros uno más aversivo”.
Los mensajes positivos refieren que “para llegar a nuestra meta necesitamos compartir espacios con el otro, por ejemplo, en un juego de chicos la carrera de obstáculos o exponiendo a una persona que maneja que es abrazada por su esposa e hijita, lo que impide consecuencias negativas en un choque; son mensajes que tienen que ver con el amor, tenemos algo tan valioso que podemos perder en ese transitar y el otro tiene algo tan valioso como nosotros, por lo que hay que cuidarlo”.
Rivas es partidario de dar esos mensajes positivos, el de compartir espacios con alegría, respeto, solidaridad y no irrumpir la calma.

El riesgo siempre está

El entrevistado evaluó que “es importante trabajar desde bebé” en la temática. “En las guarderías se podrían realizar programas de seguridad vial y trabajar con papás, sobre cómo transportan al bebé, cómo lo resguardan, etcétera. A veces, los padres llevan al niño en el manubrio, en el caño, pensando que van hasta ahí nomás, pero con un perro que se cruce puede haber un siniestro”, advirtió.
En ese sentido, dijo que la mayor cantidad de siniestros en moto se producen a baja velocidad, “la persona se cae y si no tiene casco, pega la cabeza en el cordón o en el asfalto y puede fallecer”.
Rivas recalcó que “será un proceso social revertir conductas”. Sugirió intervenir fuertemente con los aspirantes a la primera licencia de conducir, se manifestó partidario de multas elevadas (“el órgano que más duele es el bolsillo”) y llamó a realizar acuerdos interjurisdiccionales, para evitar que en algunas localidades haya normas más débiles que en otras, “ya que debemos respetarnos entre todos en cualquier lugar, independientemente de la normativa del lugar en el que uno vive”.

El factor humano es clave

Rivas precisó que el factor humano es el determinante de siniestros en un 90%.
“Hay tres factores que influyen: el vehículo, la vía (el camino) y el factor humano”, especificó.
“Algunos dicen que el factor humano influye aún más del 90%, porque las vías fueron construidas por la mano humana y el estado del vehículo depende también del humano”, declaró.
En este aspecto, el miembro del Colegio de Psicólogos dijo que cuando se refiere al factor humano “no sólo hablo del que transita sino de nosotros en la función pública, del que controla, del que otorga la licencia y demás”.