Los cerca de 70 efectivos policiales que custodiaban el espectáculo no lo podían creer: afuera del estadio, cientos y cientos de simpatizantes de los dos clubes trataban de ingresar cuando el partido había comenzado.
Tal como se había pronosticado, fue la final más taquillera.
Algunos recalcaron que hubo más de 3 mil personas y no estuvieron errados.
En la tribuna de cemento se instaló la gente de Rivadavia que, aproximadamente, trajo más de 1.200, es decir, más que todo lo que se vio el pasado fin de semana en la Leonera.
Fuegos artificiales acompañaron la salida del “Verde” a la cancha, como resaltando que la fiesta podía ser cabralense.
Al final, el festejo fue de Alem, que ocupó las tribunas techadas y la del ex aserradero (casi desbordada), por lo que fueron alrededor de 1.800 personas las que palpitaron con el “León”.
La entrada general tuvo un costo de 30 pesos y, por lo tanto, Rivadavia pudo darse el gusto de hacer una muy buena recaudación.