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Agosto y Mazzini, emocionados, se aprestan al abrazo. Ambos ídolos del club fueron piezas |
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“Valió la pena”. Las primeras palabras sintetizan todo el enorme sacrificio que realizó el gran capitán e ídolo “Tricolor”, Cristian Agosto, para poder estar en el verde césped de Plaza Ocampo y dejar a Alem en la cumbre del fútbol doméstico.
Pese a que, por recomendación médica, debía estar en reposo y con yeso, su enorme sentimiento a la camiseta fue mucho más. Vivió una semana muy especial y terminó cumpliendo el sueño de dar otra vuelta con su querido Alem, siendo un partícipe (principal) de la fiesta “tricolor” y villanovense que se desató en la “Placita”.
Sobre la lesión indicó que “no jugué entero”, pero que igualmente salió a la cancha porque “quería salir campeón con todos mis amigos y por suerte se nos dio”.
En ese sentido, destacó que “confiaba plenamente en este grupo”, mientras recibía una y otra vez las felicitaciones de los hinchas del “León”, los mismos que lo ovacionaron previo y posterior al partido, brindándole esos aplausos y cánticos que llegan al alma y permiten soltar esas lágrimas de emoción.
“Alem es campeón por el grupo humano que hay y por la gente, también porque tenemos un grupo de jugadores que no tiene dos huevos, tiene cuatro”, remarcó y explicó que “poder devolverle esta alegría a toda esta gente es el mejor premio que nosotros podemos dar”.
Por su parte, en cuanto a los porqués este grupo de jugadores continúa sumando méritos deportivos, indicó: “Hemos tenido suerte e hicimos bien las cosas. Ganamos cosas importantes y tenemos muchas más ganas de seguir haciéndolo”.
“Así que no vamos a bajar los brazos, porque mientras el cuerpo y las piernas nos den, vamos a seguir tratando de seguir obteniendo cosas con Alem”, añadió.
En otro punto, destacó a los hinchas que los acompañaron en gran número ayer en Plaza Ocampo: “Las palabras no alcanzan para describir lo de la gente. Hoy (por ayer) llenó el estadio y eso es algo impagable. La gente de Villa Nueva es increíble e inigualable”.
“Dejalo que siga el dolor, yo ya salí campeón”, terminó diciendo y en lo que es toda una síntesis de lo que vivió y se entregó, junto a sus compañeros y amigos, para que su Alem otra vez esté en lo más alto del fútbol local.
@ Dolor y silencio
Con una marcada tristeza, el plantel de Rivadavia de Arroyo Cabral se retiró en silencio de Plaza Ocampo.
Más allá del marcado silencio, el entrenador José Luis Danna alcanzó a decir que “Alem ganó bien, sin atenuantes”, a la vez que brindó las felicitaciones al rival por el logro obtenido, sin extenderse en sus declaraciones y pidiendo las disculpas correspondientes.
La derrota fue un golpe muy duro para un plantel que, después de varias temporadas, otra vez puso al “Verde” en una final del ámbito local, un hecho significativo y elogiable.
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