Señor director:
Ruego por su digno intermedio se me permita dar a conocer algo que excede, largamente, una opinión o un comentario; es, literalmente, un derecho de réplica, en virtud de lo publicado en la edición del 26 de julio en la sección "Opiniones", por la masivamente rechazada en los votos, Coalición Cívica, Ari y sus personeros locales.
Derecho de réplica, insisto, por cuanto soy argentino, vivo en un país dirigido por autoridades legítimamente constituidas y constitucionalmente tengo incluso el derecho de tomar las armas para defender el Gobierno elegido a través del voto popular.
Pero no hace falta que la sangre llegue al río.
Basta con rebatir una línea argumental que no pasa de ser una chicana, como se ha hecho ya costumbre en los que se hacen llamar "oposición" y pretenden erigirse en rectores de la conducta presidencial y la nuestra también.
Si la intención era poner a resguardo la dudosa capacidad de gestión del señor Alfonso Prat Gay, bastaba con enumerar sus aciertos, si es que los tuvo.
Pero seamos honestos. La honorabilidad del señor Prat Gay no es -ni de casualidad- el objetivo de dicha publicación, toda vez que resulta evidente un discurso orientado a menoscabar la figura presidencial.
En lenguaje criollo, hay que tener "cara de piedra" para enarbolar como argumento la preocupación por "la pobreza, el empleo y la inflación", como si todos nosotros hubiésemos nacido después de 2001 y no supiéramos nada de la historia reciente.
Hacer alusión al "equilibrio emocional" de nuestra primera mandataria, es propio de una mente de la más baja estofa, por que hay que tener una integridad fuera de serie para soportar de pie la pérdida de su compañero (Néstor) y no dudar un segundo en alzar la bandera y continuar profundizando este modelo nacional, popular e inclusivo, que naturalmente toca privilegios antes intocables. He ahí el nudo de la cuestión.
No se preocupen. Seguiremos siendo un gran país. Porque afortunadamente quienes hicieron esa nota no están en la preferencia del electorado.
A nuestra presidenta la cuidamos nosotros.
Y la seguiremos aplaudiendo, mal que les pese, con "obsecuencia desmedida". Simplemente porque es un derecho que hace mucho tiempo no podíamos ejercer... aplaudir a quien nos gobierna.
No soy político.
No estoy afiliado a ningún partido.
Pero quiero para mis hijos un país mejor.
Gustavo A. González
DNI 11257801
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