Ya sea por la vestimenta, el color de piel o la elección sexual, muchos jóvenes de nuestra ciudad han sentido que no tienen cabida en diferentes ámbitos públicos.
Esta situación no pasa desapercibida en nuestra ciudad, pese a que todavía no se formalizaron denuncias sobre discriminación, que es un delito previsto en la ley.
La caja de resonancia de esta problemática, especialmente cuando afecta a los jóvenes, son las redes sociales, donde se multiplican las quejas por inconvenientes para ingresar a los boliches de Villa María y Villa Nueva.
Ante esta realidad, Alejandro Gurini y Florencia Ravarelli, alumnos de sexto año del Instituto del Rosario, que están realizando pasantías en EL DIARIO, realizaron consultas entre jóvenes de la ciudad. Como no podía ser de otra manera, lo hicieron vía Facebook.
Uno de los entrevistados, Emanuel Bersano (quinto año del Instituto del Rosario), dijo que piensa “que la gente es discriminada porque no se aceptan las diferencias de cada uno, ya que quieren el mundo a su manera. Esto deriva a cierto individualismo. Los grupos más discriminados son las personas de color y las que eligen una distinta orientación sexual, gay, lesbiana o trans. No sé si existe una solución para poner un freno a la discriminación ya que la gente se cierra cada vez más y no quiere aceptar la libertad del otro al expresarse. Si yo fuera discriminado ignoraría el maltrato porque hay que aprender a aceptarse a sí mismo como se es y no tiene que importarte lo que los demás digan. Estos grupos discriminados son clasificados como peligrosos para el lugar, ya sea por cómo vengan vestidos o por su simple color, al creer que van a evitar la diversión de las demás personas y causar destrozos. Personalmente, pienso que todos somos un poco discriminadores por dentro, aunque queremos cambiarlo, siempre va a presentarse un momento en el que digamos “Mirá como está vestido tal o qué fea es esa persona”.
Otra consultada fue Magdalena Moyano (sexto año del Manuel Belgrano), a quien le parece que desde pequeños “a todos se nos inculcó que lo diferente está mal, y ahora lo reproducimos como algo normal el despreciar o diferenciar a los demás.
No sé si se define un grupo de discriminación puntual, pero pienso que los más discriminados son la gente de color y los que tienen problemas de sobrepeso”.
Agregó que a su criterio, la única forma de ponerle fin a esta situación es “la educación”. “Me parece un buen propósito hacerle saber a la gente que todos somos iguales y que nadie es mejor que nadie”, agregó.
En lo personal, cuando recibe ataques de ese tipo los prefiere ignorar. “No se merece darle cabida”.
“Me parece que estas personas son rechazadas en confiterías porque les parece que van a hacer lío y obstruir el espacio de diversión de demás jóvenes. Muchas veces tratamos de evitar que somos un poco discriminadores, al decir estas palabras supongo que es algo que debemos cambiar, aceptar en la sociedad”, concluyó.
Otro de los entrevistados vía Facebook, fue Harald Molina Gómez, quien afirmó que “la discriminación existe porque nadie tolera que otro sea o piense distinto.
Al grupo que actualmente se discrimina mayoritariamente son los homosexuales y los negros”.
En lo personal, asegura que “respondería a ese acto discriminatorio dependiendo de quién sea. Si es alguien a quien conozco, le diría algo que me molesta mucho. En los boliches se rechaza a este tipo de gente por su aspecto físico o porque el dueño como política impone el prohibir la entrada a este tipo de gente. Está mal, todos tienen derecho a divertirse”.
Al referirse acerca de si todos somos discriminadores, entiende que “de alguna manera sí, uno siempre trata de cambiar sus malos aspectos y hábitos, pero es complicado modificar ciertas cosas. Además, la gente que siempre fue discriminada (y me pongo de ejemplo) estamos o estuvimos en algún momento, cansados de escuchar las críticas sobre nuestros defectos, y de algún modo tenemos que descargarnos, pero, en cierto momento, uno se da cuenta de que esas críticas no tiene que importarte”.
“La negación ante la participación en espacios públicos es la propia negación a los derechos del ciudadano”, concluyó.
Qué hacer
Existe un organismo al que se puede acudir en caso de sentirse discriminado.
Es el Instituto Nacional Contra la Discriminación, Xenofobia y Racismo (INADI).
Se puede acudir al ente ante todo tipo de discriminación, cualquiera sea el motivo en que se basa (etnia, nacionalidad, religión, sexo, etcétera) o el ámbito en que sucede (empleo, educación, salud, etcétera).
Según el INADI, “discriminación es toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos tales como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o gremial, el origen nacional o social, la posición económica, el nacimiento o cualquier otra condición social, y que tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los fundamentales de todas las personas”.
Es importante aclarar que el INADI no tiene facultades sancionatorias ni poder de policía, y está concebido principalmente como un organismo consultivo y de asesoramiento. Por lo tanto, no puede obligar al cese de la conducta discriminatoria ni a reparar el daño ocasionado por ella. Esta función es propia del Poder Judicial, a donde también se puede denunciar.
Ante cualquier caso, las personas pueden contactarse con el instituto a través de la página web (inadi.gob.ar) o llamando al 0800-999-2345.
Fotografías: 1) Emanuel Bersano, quinto año de las Rosarinas
2) Magdalena Moyano, sexto año Manuel Belgrano
3) El INADI realiza campañas para dar a conocer los derechos que asisten a todos los ciudadanos
4) Harald Molina Gómez, cuarto año de las Rosarinas
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