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Ilustración que hizo de Pedro Piedra el artista Raúl Olcelli. En las calles inspiradoras del barrio surgió el espíritu de los músicos que, como Pedro Piedra, se abocaron al arte |
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Pedro Santiago Piedra, tiene 68 años y es uno de los cantores y compositores que más renombre le dio al barrio San Martín.
Hijo de Manuel Rosa Piedra, y de doña Etelvina, quien en realidad se llamaba Jesús Vilches.
“El amor de Pedro con la guitarra se inició a los 17 años y fue autodidacta, aprovechaba el apoyo de algunos compañeros a los que les preguntaba para seguir avanzando en el manejo del instrumento. En su juventud, junto a Héctor Facundo Ñáñez, Norberto Mario “Lito” Carriazo y Osvaldo Argentino Valle, integró el conjunto Los Copleros. Esta formación, recuerda Pedro, fue una de las que actuó en el acto de inauguración de Canal 2, en la calle Corrientes, cuando vino Virginia Luque, madrina del emprendimiento televisivo local de circuito cerrado. En esa misma televisora, recuerda Pedro, actuó en un programa conducido por Rodolfo Ghezzi”, escribió en su oportunidad Jesús Chirino.
Los Copleros también participaron en el certamen del Centro Tradicionalista Posta de Ferreyra, en el concurso que se hizo en el Club Central Argentino, enfrente de donde ahora está el Centro de Transferencia.
En esa nota recordó cuando ganó en la ciudad de Bell Ville el concurso Viva la emoción de Cosquín. “Saqué el primer premio. En el jurado estaban Aldo Monjes y un locutor de LV3, Ricardo Sandoval, que supo tener una peña en el bulevar San Juan de Córdoba donde canté bastante.” También recordó cuando en 1972 ganó el Segundo Torneo de la canción de la porteña revista Anahí, representando al Gran Buenos Aires.
En los escenarios se cruzó con tantas grandes figuras del folclore nacional que va desgranando nombres y aparecen Jorge Cafrune, Los de siempre, Los del Suquía, su amigo Miguel Angel Robles y también una joven Mercedes Sosa que, dijo, “la crucé en un club, en Córdoba, tenía que cantar una hora pero hizo tres temas y la gente no hacía silencio. Se bajó y me dijo ¡qué lástima! ¡qué lástima, hermano, que no me entienden lo que canto! Se levantó, agarró el bombo y se fue”.
Repasó distintos lugares, así recuerda su paso por el escenario mayor de Cosquín, Laborde y su Festival del Malambo, el primer festival de Buenaventura Luna en Jacha, provincia de San Juan; en Chamical, La Rioja; en el Festival de Piedra y Canto de Malagueño donde lo llevó Luis Pérez Pruneda; Río Segundo, República del Uruguay, el Festival del Vino y la Amistad, de Villa Nueva, y tantos otros lugares en donde actuó.
De Villa María rememora la peña Achalay-Huasi, “en Jujuy esquina bulevar España” donde supo cantar un año y medio seguido. También recordó el nombre de la peña El Palenque en calle Corrientes y Carlos Pellegrini. De los peñeros locales recuerda a “el Negro Clavero, el Negro Moreno, Los Haravecos, Ana María Diez y Los Arrieros, entre tantos otros”.
“Soy un enamorado del folclore argentino. Para mí la guitarra es mi vida. En aquel tiempo era bastante conocido y la gente me apoyaba mucho”, dijo.
Al referirse al Festival de Peñas, no oculta su alegría de haber participado.
“Lo original del Festival, no lo que hay ahora, lo que hicieron ahora con el Anfiteatro, algo distinto, para mí era maravilloso. Estaba el quincho y abajo del paredón estaban los camarines y era mucho mejor. El verdadero Festival eran siete noches, y todo folclore, no había cantores modernos…” Recuerda una de las comisiones que manejaba el Festival “eran todos folcloristas, estaba Angel Pérez, Anita Gandón, Hugo Coenda, Flamini, Barrera, de Los Haravecos, y el coordinador de todo era el Tito Suárez. Ahora es distinto. Sigo adorando mi Villa María…” Hace un silencio y con un dejo de nostalgia susurra “antes llovía y la gente con sus paraguas abiertos se quedaba y escuchaba el Festival”.
La “otra” Zamba para Villa María
El cantor del barrio San Martín fue autor de una Zamba para Villa María. Recuerda que la compuso en 1971, cuando vivía en Córdoba, en el Marqués de Sobremonte.
Allí, la nostalgia lo hacía escribir del Festival de Peñas, de la ciudad y así surgió la primera parte de la zamba.
“Fue la primera zamba que vino para Villa María, aparte de una zamba que nunca se cantó que la hizo don Fabriciano Britos que vivía en el barrio Rivadavia en la calle 9 de Julio”.
La otra zamba, quizá la más conocida, fue compuesta por Otero Wilson y Hernán Figueroa Reyes y presentada en sociedad en el año 1973.
En un folleto del noveno Festival Nacional de Peñas Folclóricas, de 1976, se publicaron las letras de las zambas “Para Villa María”. Por un lado la de Wilson y Figueroa Reyes y, por el otro, la de Pedro Piedra que en aquella edición actuaba la tercera noche del encuentro musical, el lunes 5 de enero. Para esa noche el folleto anunciaba que estarían en el escenario los Tucu Tucu, Luis Landriscina, Los Hermanos Cuesta, María Ofelia, Aldo Monjes y Chacho Santa Cruz, entre otros. También se anunciaban proyecciones en color en el microcine instalado en la zona de los quinchos. En aquella oportunidad la presentación de los números artísticos fue responsabilidad de Carlos Franco, Miguel Angel Borsatto y Mario Luna.
Pedro Piedra dice que ya no canta, salvo con su familia. Igual nos entona su zamba para su ciudad: “Hoy he vuelto contento,/ con alegría,/porque quiero cantarte/ciudad de Villa María.../.
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