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“A Roma con amor”, la última de Woody Allen |
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A Roma con amor
Woody Allen vuelve por su viaje turístico que ha empezado desde el antiguo continente para contar en tono de comedia cuatro historias independientes: la de un renombrado arquitecto americano que está reviviendo su juventud, la de un típico romano de clase media que, de repente, se encuentra a sí mismo siendo la mayor celebridad de Roma, la de una pareja de provincianos involucrados en diferentes encuentros amorosos, y la de un director de ópera americano que está tratando de llevar a un agente funerario al escenario.
John (Alec Baldwin), un reconocido arquitecto, está de vacaciones en Roma, ciudad donde vivió en su juventud. Mientras camina por su antiguo barrio se encuentra con Jack (Jesse Eisenberg), un joven que no es muy diferente a él. Mientras observa a Jack volverse loco por Mónica (Ellen Page), una joven deslumbrante y coqueta, amiga de su novia Sally (Greta Gerwig), John revive uno de los episodios románticos más penosos de su vida. Al mismo tiempo, Jerry (Woody Allen), un director de ópera retirado, viaja a Roma con su esposa Phyllis (Judy Davis) para conocer al prometido de su hija Halley (Alison Pill), el italiano Michelangelo (Flavio Parenti). Jerry se sorprende al escuchar al padre de Michelangelo, Giancarlo (famoso tenor Fabio Armiliato) cantando arias propias de la Scala, mientras se ducha. Convencido de que un talento tan prodigioso no debe mantenerse oculto, Jerry advierte la oportunidad de promocionar a Giancarlo y, así rejuvenecer su propia carrera. Por otro lado, Leopoldo Pisanello (Roberto Benigni) es un tipo terriblemente aburrido quien, una mañana, despierta siendo uno de los hombres más famosos de Italia, con muchas preguntas sin respuestas.
Los tres chiflados
Bajo la misma tesitura de todas las producciones de Hollywood, recrear versiones televisivas o comic de antaño, ahora le toca el turno a Los tres chiflados. Moe, Larry y Curly, los inefables payasos que dándose coscorrones y pellizcos pasaron a la fama a través de la tele en blanco y negro, ahora les llegó el turno en pantalla grande y en color. De escandalosas travesuras físicas y ausencia de cerebro, estos tontos intemporales remixados vuelven con sus peinados estraflarios y su vieja rutina cómica con situaciones contemporáneas y referencias a la cultura pop. Criados en un orfanato uno luce un corte de pelo en forma de tazón, el segundo tiene dos hebras de pelo ensortijado que nacen de su calva pálida, y el tercero luce un corte de pelo al cepillo propio de un roquero retro. Ya grandes pasan a ser empleados de mantenimiento del orfanato que es obligado a cerrar sus puertas si no juntan una cuantiosa suma de dólares en sólo treinta días. Para ayudar, los tres chiflados se lanzan a las calles para recaudar lo necesario, encontrándose con Lydia, quien los contrata para hacer desaparecer a su marido.
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