A poco más de cuatro años de ocurrido, la Justicia comenzará a juzgar hoy a los presuntos autores y cómplices del hecho que se conoció periodísticamente como “el robo de la década”, uno de los atracos más resonantes de la historia villamariense contemporánea.
Desde las 8.30, en el quinto piso de los Tribunales locales, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone presidirá la primera audiencia de debate en la causa que se les sigue a ocho individuos de entre 25 y 57 años, dos de los cuales comparecerán privados de la libertad.
Los principales implicados son Carlos Emanuel Amici, alias “Pájaro” o “Pajarito”, de 29 años, y Javier Rolando Silva, de 25, a quienes se les atribuye la presunta coautoría de “robo calificado por escalamiento”, aunque el primero además está acusado de haber participado en un asalto a mano armada que damnificó a un matrimonio radicado en la zona rural de Etruria, el 3 de febrero de 2010 (ver “El otro robo”).
En la causa por “el robo de la década” también están bajo sospecha Carlos Alberto Rodríguez, apodado “Patito Coqueto”, de 34 años; Fabián Emilio Orpianessi, de 45, y Carlos Matías Zárate, alias “Pluma”, de 25, como supuestos “partícipes necesarios de robo calificado por escalamiento”.
La nómina de sospechosos se completa con los hermanos Jorge David Romero y Rubén Ricardo Romero, de 38 y 50 años, respectivamente, y Juan Carlos Amici, de 57, padre de Carlos Emanuel, quienes están acusados en calidad de coautores de “encubrimiento agravado”.
Botín millonario
Los detenidos Amici (h) y Silva fueron sindicados por la Justicia de haber ingresado a la vivienda de las hermanas Silvia Mercedes -abogada- y María Laura Racaro -docente- de donde se apoderaron de 267.400 dólares en efectivo (poco más de 1.230.000 pesos a la cotización actual) y alrededor de un kilogramo de oro en joyas y alhajas (otros 250 mil pesos si se tiene en cuenta el valor internacional del oro, que es de aproximadamente 56 dólares el gramo).
El audaz atraco se produjo el miércoles 2 de julio de 2008, en el domicilio de las hermanas Racaro, ubicado en Corrientes 1348, en pleno centro de Villa María, quienes dos días antes habían viajado a la capital provincial por cuestiones de salud y regresaron ese mismo día, alrededor de las 22.
Todo planeado
Según la acusación del fiscal Félix Martínez, que instruyó la causa, los coimputados Amici (h), Rodríguez y Silva llegaron al lugar a bordo de un Peugeot 306 y estacionaron cerca de la vivienda. Rodríguez permaneció en el auto, haciendo las veces de “campana”, mientras que los otros dos treparon y saltaron un portón, subieron por una medianera e ingresaron al patio de la casa de las hermanas Racaro.
Una vez allí, forzaron la ventana de la cocina e ingresaron al inmueble, donde causaron un gran desorden en la planta baja y el primer piso, y sustrajeron la cuantiosa suma de dinero, además de numerosas joyas de oro.
Siempre de acuerdo con la investigación judicial, para la concreción del atraco habría sido fundamental la colaboración de Orpianessi y Zárate, a quienes se los acusa de haber hecho las “tareas de inteligencia” previas para ejecutar el golpe.
Luego, los acusados se habrían contactado con los hermanos Romero, que entonces se dedicaban a la compra-venta de oro, para comercializar las cuantiosas joyas. En tanto, la participación de Amici padre en el caso se circunscribe al hecho de haber encubierto a su hijo, al conocer detalles del robo.
La “probation”
Si bien son ocho los acusados en este proceso, al menos cinco de ellos (los hermanos Romero, Orpianessi, Zárate y Amici padre) solicitaron la suspensión del juicio a prueba o “probation”, instituto legal que permite que una persona que está imputada de un delito de acción pública reprimido con pena de reclusión o prisión cuyo máximo no exceda de tres años, y no posee antecedentes, pueda evitar sentarse en el banquillo de los acusados.
A cambio, deberá ofrecer hacerse cargo de la reparación del daño causado en la medida de lo posible, sin que ello implique confesión ni reconocimiento de la responsabilidad civil correspondiente.
De concederse la “probation” a los cinco sospechosos implicados, entonces sólo comparecerían en la sala los dos detenidos (Amici hijo y Silva) y el único que, al menos hasta el viernes, no había presentado el pedido de suspensión (Rodríguez).
El “otro” robo
Carlos Emanuel Amici también está acusado de haber integrado una banda que asaltó a Edmundo Carezzana, de 63 años, y a su esposa, María Nicola, de 60, en la casa que poseen en la zona rural de Etruria.
Los tres delincuentes, armados y encapuchados, permanecieron en la finca varias horas y huyeron a bordo de una pick up Ford Ranger (propiedad de Carezzana), llevándose 40 mil pesos en efectivo, una escopeta, una carabina, dos celulares y algunas alhajas de oro.
El matrimonio fue maniatado y brutalmente golpeado, e incluso el productor rural fue picaneado con un cable que los mismos ladrones llevaban consigo para tal fin.
Jueza y partes
Además de la jueza Saslavsky de Camandone, intervendrán en este juicio oral y público el fiscal de Cámara, Francisco Márquez; el secretario Roberto Jue y los abogados Marcelo Martín Silvano (defensor de Amici hijo y Silva), Humberto Margara (letrado cordobés, quien patrocina a Rodríguez) y Karina Bruno (querellante, en representación de la familia Carezzana).
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