Se convirtió en el compositor e intérprete de sus propios trabajos, que más respuesta inmediata logró en apenas cinco años de trayectoria. Sus canciones "pegaron" inmediatamente ni bien estuvieron disponibles en las góndolas de todas las disquerías. Casi todas las geografías recibieron con beneplácito, su diáfano estilo y la particular calidez de su voz nasal. No existía boliche bailable que no tuviera su placa en la cabina del DJ, porque a la hora de disminuir la intensidad de las luces en las pistas de baile, sus éxitos lograban el efecto ideal para todas las parejas de enamorados.
Gilbert O‘Sullivan se proyectó según la revista "Récord Mirror", en 1972, como el mejor cantante inglés masculino. En realidad, nació en Waterford, Irlanda, pero sus padres decidieron buscar mejores horizontes laborales y se trasladaron a Swindon, en Inglaterra. Fue en el ámbito escolar donde cultivó y desarrolló sus aptitudes y amor por todo lo musical y por el arte en general. Desde muy joven, y paralelamente a asistir al colegio, comenzó a frecuentar el instituto de arte. Fue allí donde aprendió las primeras técnicas para ejecutar guitarra y, posteriormente, piano. Podría considerarse su primer paso firme en el mundo de la industria musical, al momento en que "golpeó los parches" de la batería del grupo liderado por Rick Davies (el mismo que más adelante fundó la banda de rock progresivo Supertramp). En una de las pocas veces que atendió a un periodista le confesó: "Compongo canciones pop, es todo lo que deseo hacer y es todo lo que querré seguir haciendo a futuro, no tengo interés en hacer giras ni me seduce vivir en el pasado. Fin de la historia". Su disco simple debut fue lanzado a la venta como "Dissapear", y además ha sido distinguido por los analistas musicales y las revistas especializadas por sus éxitos, "Alone again", "Clair", "Get down", entre otros tantos buenos por igual.
Radio en Mardel
Durante la década del 70, era muy común que las diferentes estaciones radiales, dispusieran transmitir desde los centros veraniegos de moda sus programas denominados "ómnibus". En gran medida fueron los verdaderos mentores de un estilo que aún hoy se considera como probable para determinados formatos de radio. Recuerdo con total claridad, cuando mis padres me llevaron a conocer Mar del Plata y allí, sobre la gran playa de arena, los termos, mates y aparatos de radio ocupaban esa geografía de sol y mar que quedarían grabados por siempre en mis retinas. Tal vez fue en ese preciso instante, cuando comencé a enamorarme de la actividad, a soñar con el micrófono, a imaginarme ocupando un estudio de radio. La gente en la playa dejaba encendido el receptor de radio todo el tiempo, sin importar el riesgo que suponían la arena, el agua y el sol para los aparatos que funcionaban a base de las viejas y poderosas pilas negras con su famoso logotipo que denunciaba una marca archifamosa encargada de producirlas. Y en ese marco de recuerdos, por aquellos años, Radio Rivadavia copaba el aire de "La Feliz" con un magazine que invitaba a "vivir el verano" desde la costa con Sergio Velasco Ferrero y su espacio conocido como "Sonido desde la costa". Imposible olvidar al conductor del espacio cuando a manera de eslogan pronunciaba "¡Música para tu piel de verano, muchacha!".
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO
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