Señor director:
Hoy es el día más triste de mi vida, en el que estoy tomando razón de lo que pasó. Y no sé cómo empezar.
En primer paso les pido disculpas a mis padres y hermanos y, en especial, a mi propia familia, Fer, “Nacho”, Araceli y Maricel. Les pido perdón también a los hermanos y padres de Maricel, a mis amigos y amigas y a toda la sociedad que está consternada por lo que sucedió entre nosotros.
El error se comete de a dos por no saber dar un paso al costado en el momento justo... Cómo no nos quedamos como estábamos cada uno en su casa y visitarlas como lo venía haciendo, veía a mi hija y a vos y me iba...
Todo es soledad, decepción, algo que no se puede explicar, sólo se destruye uno como persona. No pensamos en los chicos, en los familiares de cada uno de nosotros.
Maricel, hoy te pido perdón ante toda la sociedad, sé que todo terminó, pero sé que te amo y te amé, a vos y a mi hija. Los extraño a los cuatro cada segundo de mi vida.
Hoy estoy rezando para que salgas adelante por los chicos, por vos y por toda la gente que te quiere.
Lo que pasó no tendría que haber pasado jamás. No hay palabras para lo inexplicable. Sólo queda el dolor por lo que sucedió. Tengo toda una vida para pedirte perdón y aun así no me alcanzaría. Va por dentro y es doloroso, amargo, te destruye el corazón en mil pedazos.
Espero que todo se te dé, Maricel, suerte, que Dios te bendiga y te dé mucha vida y salud. La vida sigue, “flaquita” hermosa. Sé que el destino rompió todo nuestro amor en un instante, en ese lugar donde estuvo Dios y evitó el desenlace fatal. Más allá de estar de pie, estoy destrozado por el dolor y la angustia. Jamás me olvidaré este mal paso en vida.
Maricel, un millón de veces perdón y disculpas a vos, a mi hija y a los chicos.
Todo lo escribí para vos, “flaquita”. No encuentro las palabras justas, perdón, tal vez te quise más que a mí mismo.

José Alberto Rosales
DNI 18063283
(Pabellón 7)