Escribe: Diego Pellegrini (h)

A pesar que la herida por la derrota en la final ante Alem todavía no cicatrizó, Rivadavia de Arroyo Cabral ya inició la etapa post final, con el objetivo claro de mejorar lo hecho en el Apertura.
Y a decir verdad, comenzó de la mejor manera el camino en este Clausura, con una victoria ante Sportivo Playosa por 1 a 0, que le permite liberarse de las presiones de todo debut.
Con mucho por mejorar, con refuerzos que todavía no llegaron y con un material importante en cuanto a lo futbolístico, el equipo dirigido por José Danna dio el primer paso y lo hizo con triunfo.
La primera etapa se desarrolló con Rivadavia como principal protagonista.
El conjunto cabralense dispuso de la pelota y de las mejores situaciones, aunque nunca pudo romper el cero en el arco del seguro Fabricio Garetto, quien volvió al “Albo” esta temporada.
Nicolás Domínguez, con un disparo que salió cerca y Andrés Lazo, con un remate desviado, avisaban para el subcampeón.
Playosa, por su parte, trataba de ser ordenado en el inicio para encontrar alguna posibilidad de contragolpe, con la velocidad de sus delanteros (Piva y Luna). Posibilidad que tuvo a los 14’, cuando Diego Comba se encontró con José Aimar para dejar solo a Guillermo Piva. El delantero ganó dentro del área, pero su disparo fue detenido por Marcelo Berardo.
Promediando la primera parte, llegarían las mejores opciones de peligro para el local, que presionaba bien en la media cancha y encontraba desordenado al rival.
Entonces, a los 15’ Gustavo Cerutti lo perdió mano a mano ante la humanidad de Garetto y a los 26’, Domínguez fue quien no pudo contra el uno visitante porque el remate del ex Alumni también murió en las manos del portero ex Universitario.
Claro que Playosa, con el correr de los minutos, se fue acomodando en el cotejo y eso le permitió tener alguna que otra posibilidad de gol. En casi todas, el protagonista fue Mauro Luna.
En la primera, el delantero con la casaca once durmió a toda la defensa del “verde”, pero su remate no tuvo destino de red. Cerca de los 40’, otra vez Luna, aprovechando un descuido de la última línea local, tuvo la chance, pero el derechazo salió cerca del ángulo izquierdo.
Rivadavia intentó una leve reacción sobre el final, pero la definición de Cerutti y la de Doñabeitía salieron desviadas y entonces el cero reinó en la primera etapa.
Sin embargo, el complemento tenía guardado una emoción máxima para el inicio. Porque en el minuto tres, el “verde” encontró rápidamente la chance de abrir el marcador.
Fue gracias a una aparición goleadora de Nicolás Domínguez, quien aprovechó un rebote de Garetto, tras remate de Cerutti, y se llenó la boca de gol al empujar el balón al fondo de la red. Y así, todo lo que no pudo Rivadavia en la primera etapa, lo conseguía en sólo minutos del complemento.
Mientras, las chances seguirían apareciendo para los de Danna, porque Sportivo no hacía pie.
Domínguez, dos veces (una de ellas en clarísimo mano a mano), y Biasuzzi, con un disparo que salió cerca, desperdiciaban para aumentar el marcador.
El conjunto de La Playosa lucía perdido, la imagen no era la misma que en el primer tiempo y no daba respuestas ni señales como para intentar el empate. Sólo una aproximación en los pies de José Aimar, que salió cerca, fue lo mas peligroso del “Albo” en casi todo el complemento.
Por su parte, Rivadavia seguía dominando el pleito, pero fallaba en el último toque. Otra vez Domínguez, con un disparo débil, y una de Cerutti que salió afuera, demostraban la falta de puntería para los locales.
Y como la diferencia era mínima, no estaba asegurada la victoria del “verde” ni mucho menos. Mas aún cuando sobre el final, Sportivo tuvo tres claras como para empatar: Un cabezazo de Gauna que Damiani sacó en la línea, un remate de Luciano Bulique que salió por arriba y, por último, un gol anulado a Comba, por mano de Ibáñez, en la jugada previa.
Finalmente fue victoria de Rivadavia, que tuvo que trabajar y luchar, para luego poder festejar.

La figura

Nicolás Domínguez estuvo en el momento y lugar indicados para definir un partido que Rivadavia no podía quebrar a su favor. Además, fue lo más peligroso con lo que contó el local en ofensiva.

El árbitro

Rubén Echenique tuvo un trabajo aceptable. Supo llevar el trámite del partido con criterio y a pesar de que cometió algunos pequeños errores, su trabajo no se vio empañado.