|
|
|
|
|
|
|
Las obras esculpidas por la naturaleza mandan en este espacio, convertido además en tesoro y reserva emotiva de los bellvillenses |
|
|
|
|
|
Dónde: Bell Ville
Cuándo: todos los días del año
Cuánto: gratis
Cómo: informes al (03435) 414200
Máximo referente de Bell Ville, el Parque Francisco Tau guarda el honor de ser uno de los espacios naturales más grandes y bellos del corazón de la provincia, y el único bosque de llanura emplazado en el centro mismo de una ciudad cordobesa. Méritos que agradecen los habitúes de la región, y que agradecerán aún más aquellos que lo visiten por primera vez.
A sólo 58 kilómetros de Villa María, este vergel asoma como escapada imprescindible. Son 45 hectáreas de verde, de pureza protegida. Un ecosistema único, radiante de bioma espinal y de gran valor para la sociedad toda.
Sus atractivos
Para comenzar el recorrido, apenas hace falta caminar unas pocas cuadras desde plaza 25 de Mayo. Entonces, aparece la avenida El Gaucho, que bien servirá como umbral del pulmón urbano. A la derecha de la arteria, encontraremos algunos de los puntos más populares del paseo. El área de asadores (junto a los juegos infantiles, el albergue municipal y la cantina), da acceso al Balneario Paso de la Arena, y por ende, a nuestro Ctalamochita. Alma del lugar, el río provee contemplación y relax en esta época del año.
Siguiendo la huella del agua, destacan algunas construcciones oficiales, como la Estación del Guardaparque, el Departamento de Medio Ambiente y la oficina del Ministerio de Agricultura provincial. Surge luego el Balneario El Diquecito y el Paseo Leonardo Demaría. Se trata de un escueto reducto donde descansa el tronco tallado por el fallecido ebanista bellvillense. Notable obra artística que suma al conjunto.
Sin embargo, el verdadero tesoro del Tau radica en otras obras: las esculpidas por la naturaleza. En tal sentido, principal protagonista es la vegetación. Algarrobos (con el famoso “algarrobo histórico” -de 400 años de antigüedad- bajo cuya sombra habría descansado Manuel Belgrano), talas, chañares, espinillos, moradillos, equisetos, aloysias, cactus y duraznillos pueblan la perspectiva de frondosa vitalidad, y el aire de perfumes. Importante a su vez resulta el papel que juega la fauna: tortugas, comadrejas, peludos y cuises pueden ser vistos en las cercanías del río. Entre las aves (alrededor de 50 especies), cabe subrayar la presencia de torcazas, tordos, pájaros carpinteros, horneros y chingolos. Reliquias todas que se aprecian también en áreas específicas, como La Rinconada o el Vivero Municipal.
Para llegar allí, como al resto de los rincones, resultarán muy prácticos los senderos y en especial el sistema de señalizaciones. Diseñado según cánones de Parques Nacionales, es de gran ayuda a la hora de aprender sobre las diferentes especies.
Delicado equilibrio
El predio, otrora propiedad del empresario y político local Francisco Tau, tornóse oficialmente público en el año 1942, cuando fue adquirido por el Gobierno de Córdoba. Recién en 1972 pasó a manos del municipio. Entonces, la legislación local puso el ojo en mantener un delicado equilibrio entre el cuidado y conservación del ecosistema del parque y la utilización y disfrute del mismo por parte de los ciudadanos. La fórmula, hasta el momento, ha dado buenos frutos.
Otras notas de la seccion El Diario Viajero
Una alternativa a Puerto Madryn
Lo árido y lo verde haciendo magia
Mortadela estaba el mar
La gran maravilla de Oceanía
Ver, sentir y admirar
|