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Los integrantes de la cooperativa relataron a EL DIARIO detalles del proyecto |
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Sólo es cuestión de dar a conocer el número de documento por única vez y colocar un dedo dejando la huella digital, para que se pueda controlar los excesos en el consumo de alcohol que al parecer, es un problema que devela a las autoridades de Villa María que hasta impulsaron multas a los padres de menores que se emborrachan.
La iniciativa, surgió de un grupo de jóvenes profesionales y estudiantes que viven en esta ciudad y que integran la Cooperativa de Trabajo Cotrapyt, fundada en el ámbito de la Mutual de Profesionales y Técnicos (AMPYT).
“El grupo trabaja para dar soluciones informáticas a problemas sociales. Uno de esos problemas es la violencia que se genera especialmente como consecuencia del consumo de alcohol los fines de semana”, dijo Alberto Parola, uno de los integrantes de la cooperativa, en diálogo con EL DIARIO.
“Ahora el tema está en la agenda pública, pero nosotros empezamos a trabajar hace casi dos años y ya probamos su funcionamiento en un boliche de Córdoba”, puntualizó.
El sistema
La herramienta informática consiste en un programa que permite a cada asistente de los boliches, tener una especie de cuenta personal.
Para ello, al ingresar debe dejar el número de documento (por única vez) y la huella digital.
“A los dueños de boliches les interesó la posibilidad que ofrece el sistema de dejar depositado el dinero en la entrada para evitar el manejo de fondos en varias cajas”, informaron los chicos de la Cooperativa.
Entonces, una vez que deposita el dinero, cuando quiere consumir algo, sólo tiene que poner su huella en las computadoras de las barras, le dan las opciones y al elegir, el sistema le descuenta el costo del trago. A la salida, pueden retirar el vuelto o dejarlo depositado para una próxima noche.
Hasta aquí, parece una herramienta más administrativa que de control, pero los chicos complementaron su desarrollo con otros detalles.
En primer lugar, el documento permite saber si el que quiere consumir alcohol es menor. En caso de que así lo sea, las opciones que les da la pantalla son de bebidas no alcohólicas.
Por otra parte, completan el equipo con un sistema de cámaras que registran el movimiento dentro del boliche y en el ingreso, con una cámara especial que tiene un movimiento de 360 grados para cubrir todo el ingreso.
“De esta manera, se puede establecer si una persona provocó disturbios o peleas tanto en el acceso como dentro del boliche”, indicaron.
Parola advirtió que así, los propietarios pueden decidir prohibir el acceso por dos fines de semana a aquel que pelea por primera vez, penalidad que se podría aumentar en caso de reincidencia.
“Creemos que las multas a los padres, son difíciles de aplicar y de poco efecto preventivo. En cambio, que un chico no pueda entrar a un boliche, es algo que realmente le duele y le puede motivar a cambiar conductas antisociales”, agregó Parola.
Agregó también que se evitaría la discriminación que se genera cuando un patovica decide según su criterio quién entra y quién no. “De esta forma, el motivo de rechazo es la conducta y no el criterio de un patovica”, señalaron.
Los miembros de la cooperativa destacaron que la herramienta es buena para los chicos que van a bailar (como así también para sus padres), porque tendrán reglas claras; para los bolicheros y para las autoridades de control.
“Las autoridades pueden estar conectadas al sistema y desde un visor en tiempo real, saber la ocupación de cada boliche, lo que les permite controlar que los espacios de diversión no superen la capacidad generando riesgos para los asistentes”, agregaron.
El sistema fue probado en un boliche de Córdoba con éxito. “Pensábamos que iba a haber resistencia a dar el número de documento, pero como ahora lo piden hasta para sacar un pasaje en colectivo, los chicos no objetaron nada”, dijeron.
Los costos
Otra faceta interesante del desarrollo tecnológico patentado por la Cooperativa de Trabajo y que denominan “Finger Night” es que no tendrá costo alguno para los bolicheros que lo adquieran, dado que por gestiones de la entidad, consiguieron que la Secretaría de Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme) financie la compra con un subsidio.
“Nosotros pensamos un valor justo de mantenimiento, y fijamos dos pesos por persona”, agregaron.
Para destacar, hay que señalar que fue pensado, desarrollado y elaborado en Villa María, por un grupo que entendió que de manera asociada, podía dar respuestas a problemas comunes.
Los inventores del “Finger night”
Estos son los miembros de la Cooperativa de Trabajo que desarrolló el sistema:
Ramiro Loeffel, ingeniero en Sistemas; Juan Ignacio Jaca, estudiante de Abogacía; Pablo Loeffel, licenciado en Administración Rural; Jorge Chianalino, estudiante de Ingeniería Electrónica; Román Lagares; estudiante de Ingeniería Mecánica; Matías García Bourg; estudiante de programación; Maximiliano Parola, estudiante de Administración de Empresas; Mauricio Parola, estudiante de Programación; Alberto Parola, magíster en Negocios y abogado y Carlos Colazo, magíster en Calidad e ingeniero Electrónico.
Para más información, los interesados pueden consultar en la página web de la cooperativa: www.cotrapyt.com.ar .
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