Homenaje I
Mi “amigo-hermano” Reyes Bernabé Martínez, quien llevó en la ciudad de Villa María una vida activa, plena de ideales de justicia y solidaridad, acaba de dejarnos.
Mis palabras consternadas por la emoción no obnubilan el recuerdo de sus acciones gremiales y políticas que, en las distintas etapas de su vida, fueron forjando su personalidad indiscutiblemente respetada por quienes lo conocieron, así fueran de distintas corrientes de opinión.
Con él compartí años de actividad gremial en Correos para luego mantener una permanente y estrecha amistad entre familias. Me siento orgulloso por ello.
Vaya para Olga, su esposa, y sus hijos Diana, Mariana, Osvaldo y nietos todo nuestro apoyo.
Antonio Machado dijo: “Lleva quien deja y vive el que ha vivido”. Palabras justas para aplicarlas en recuerdo de Reyes, mi querido amigo.
Rubén Basso
Homenaje II
Luego de padecer una enfermedad que hasta ahora resulta incurable, ha fallecido Reyes Bernabé Martínez.
Deja tras su ausencia un cúmulo de proyectos propios de su incasable trajinar y de una ideología que lo hacía permanecer en latente disputa por el bienestar de los trabajadores y en consecuente postura en contra de la explotación del hombre por el hombre.
Cosa que le vino casi desde niño, cuando le envió una carta a Eva Perón solicitándole un trabajo de mensajero en el Correo Central. Desde entonces, con el pedido concedido, se dedicó a luchar por las reivindicaciones de los trabajadores telepostales siendo uno de los fundadores de Alecyt.
Fue delegado y llegó a la conducción, primero como secretario gremial y finalmente como secretario general de la entidad.
Fue cesanteado durante la lucha de los telepostales y así, como cesante, mantuvo su liderazgo y ganó las elecciones repitiendo el cargo de secretario del gremio.
Formó parte con el “Gringo” Tosco de los gremios independientes y desde este movimiento fue uno de los tantos dirigentes propiciantes del recordado “Cordobazo”.
Fue por esta causa permanentemente perseguido y, no obstante, volcó su vida a las causas populares que le costaron varias encarcelaciones y durante la última dictadura militar debió padecer el exilio, primero en Italia y finalmente en la Unión Soviética.
De vuelta a la Patria continuó con su incansable trajín en el campo popular y aunque bregó por su reincorporación a su primer trabajo, jamás lo logró.
Ahora, pese a su cruel enfermedad, seguía emitiendo comunicados para la nueva agrupación que había elegido: el Partido Solidario “Nuevo Encuentro”.
Hemos de lamentar muchísimo su pérdida. Porque deja un inmenso vacío que será imposible cubrir debido a su inmensa capacidad intelectual difícil de igualar y más aún de superar.
Dejamos consecuentemente por este medio nuestro sentido dolor en acompañamiento a su familia (Olga -su siempre compañera- y Diana, Mariana y Osvaldo -sus hijos-) y a todos los compañeros que supimos de su hombría de bien y de sus luchas.
Compañeros: ha muerto un inclaudicable revolucionario... ¡Viva la revolución!
Su único hermano,
José Roberto Martínez (a) “Pepe Gaita”
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