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Jorge Rubén Canaparo, ayer en la Redacción de EL DIARIO. Llegó para pedir la publicación de la carta que aparece en esta página, en la que cuenta lo que le viene pasando a su hijo |
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La última vez ocurrió el domingo, cuando el chico ensangrentado se arrastró hasta la puerta del penal, alcanzó a golpear y el mismo padre abrió la puerta para encontrarse con el terrible cuadro. Decidió entonces usar la jerga de los presos para dirigirse a quienes lo persiguen y atacan a los suyos. Al caso lo investiga Gustavo Atienza
“Aprovecho este medio para comunicarme con ustedes porque no tengo ni idea de quiénes son... Primero entraron a mi casa estando mis dos hijos solos, buscando una plata que nunca existió. Eso fue un mal dato. Mi hijo de 16 años reaccionó para proteger a su hermano de 9 años. Ustedes le levantaron para darle un vuelto que él nunca entendió.
Las salidas de mi hijo, los sábados, son para ir a una iglesia evangélica, a reuniones juveniles.
Después, entraron a robar de nuevo. No lo entiendo; ustedes vieron que lo que yo tengo no les alcanza ni para el abogado. Ahora lo volvieron a cargar y le pegaron, tirándolo cerca de la Cárcel por segunda vez.
Yo estoy convencido de que no es algo personal conmigo. Si bien no me presto para los embrollos, muchos delincuentes me deben la vida por haber frenado con mis compañeros algunas revueltas en 16 años de trabajo. Y como todos sabemos, el verdugo del preso, en estos momentos, es el propio preso.
Si tienen códigos, como yo los tengo, saben que no me cabe, ni a mí, ni a mi hijo. Yo no soy turro ni del palo de ustedes y siempre respeté la visita y los hijos de todos. Yo sé que les da la nafta, pero la están desperdiciando conmigo, porque insisto: no me cabe.
El datero que tienen es el problema de la confusión. Revisen al datero para que yo pueda seguir con mi vida y hacer mi trabajo como guardiacárcel y ustedes el suyo. De mi parte, ya fue.”
Jorge Rubén Canaparo
DNI 22035504
Nota de la Redacción: las letras negritas corresponden al texto original. Sobre el primero de los hechos sufridos por el hijo del firmante, EL DIARIO informó oportunamente, aunque sin detalles que fueran más allá de la golpiza y posterior abandono del joven entre los barrios Belgrano y Parque Norte.
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