Tres testigos presenciales del accidente laboral que le costó la vida a un joven trabajador de una conocida carpintería de Etruria, a fines de 2002, coincidieron ayer en señalar que el dueño del negocio y único imputado que tiene la causa era “un patrón muy cuidadoso”.
Al prestar declaración en el marco del juicio que desde el martes se le sigue al comerciante Cipriano Luis Sarracini, acusado como presunto autor responsable del delito de “homicidio culposo”, los ex empleados Facundo Ceferino Gazzaniga y Hugo Daniel Vignetta, como así también el todavía operario de la firma Christian David Utrera, destacaron las cualidades profesionales del comerciante de 62 años, propietario de la carpintería que lleva su apellido, donde se produjo el lamentable accidente hace casi una década.
También compareció en la víspera un funcionario policial que al momento del hecho cumplía funciones en la Subcomisaría de Chazón, y para hoy está prevista la recepción de nuevos testimonios, entre ellos el de la esposa de la víctima, Mauricio García, de 22 años, quien falleció un mes después del siniestro cuando se hallaba internado en el Hospital Pasteur de esta ciudad.
Si no se produce ningún incidente jurídico que demore la continuidad del proceso penal, se estima que mañana podrían formularse los alegatos de las partes (Fiscalía, Querella y Defensa) e incluso dictarse la sentencia correspondiente.
Facundo Gazzaniga dijo que el accidente laboral se produjo alrededor de las 7.15 de la mañana del 12 de noviembre de aquel año, cuando García, él y sus compañeros de trabajo Vignetta y Utrera apilaban tablas de madera de 1,80 por 2,60 metros, de entre 25 y 30 kilos cada una.
El testigo refirió que él y García sostenían las planchas (que estaban apoyadas contra la pared, en forma inclinada), mientras los otros dos las pasaban, hasta que en un determinado momento, sin saber por qué, las planchas se desplomaron y Gazzaniga no las pudo sostener, por lo que debió tirarse hacia un costado.
En esas circunstancias, el joven operario quedó aprisionado a la altura del pecho y sufrió un severo “traumatismo cerrado de tórax por aplastamiento”, herida de suma gravedad que le causó la muerte el 16 de diciembre de 2002 por paro cardiorrespiratorio.
Gazzaniga señaló también que siempre iban de a dos y que las instrucciones de Sarracini eran que apilaran las tablas de a una en el piso, hasta encontrar la que buscaban. Asimismo, el ex empleado de la carpintería destacó las cualidades profesionales del comerciante y, entre otras cuestiones, señaló que “era un patrón muy cuidadoso”.
En términos más o menos similares declararon el también ex empleado Vignetta y Utrera, quien aun hoy continúa trabajando en la firma que fabrica partes y piezas de carpintería para edificios, como así también de aberturas y estructuras de madera para la construcción.
El primer testigo en comparecer fue el ahora sargento José María Quinteros, primer funcionario policial en llegar al lugar del accidente, quien tuvo a su cargo la confección del croquis y el acta de inspección ocular.