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De la Sota, cuestionado |
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“El ciento ochenta”
El miércoles 15 de agosto marchábamos junto a miles de cordobesas y cordobeses repudiando el ajuste que intenta llevar adelante el Gobernador de La Sota. Un humilde furgón nos acompañaba a paso lento. Con improvisados parlantes animaba el paso con una vieja chacarera de Andrés Chazarreta, que parecía ponerle música a la indignación colectiva que empujaba esa marea humana a lo largo de la avenida Colón.
Muchos de los que entonaban “Dicen que las penas matan/ yo digo que no es así/ que si las penas mataran/ ya me hubieran muerto a mí”, lo hacían como sumándose a una voz popular de resistencia frente a una decisión profundamente antiobrera, resultante de la combinación de variables que desde la Unión Cívica Radical venimos denunciando desde hace más de una década. Entre ellas:
El endeudamiento desenfrenado: cuyos mayores beneficiarios han sido entidades financieras y grandes contratistas del Estado. Estos últimos favorecidos con licitaciones de obra pública, ejecutadas sin mayor control y entregadas con finales de obra de dudosa calidad que no guardan relación con el precio pagado por los gobiernos de Unión por Córdoba, con lo que se pretende justificar el crecimiento exponencial de la deuda pública que ronda los veinte mil millones de pesos.
La demagogia fiscal: la profundización de decisiones políticas emblemáticas ha ido desfinanciando constantemente al Estado. Por un lado la reducción impositiva que, además de ser socialmente injusta por beneficiar cuantitativamente a los sectores con mayor poder adquisitivo, le restó a la provincia ingentes recursos para afrontar obligaciones irrenunciables. Por otro se llegó al extremo de pretender aumentar la cuota de viviendas sociales sin descongelar los impuestos a los sectores que concentran la mayor parte de la renta en Córdoba, manifestándose una misteriosa resistencia al revalúo fiscal de tierras con enorme capacidad productiva y la revisión de exenciones impositivas a grandes superficies comerciales e industriales.
La voracidad impositiva: la negativa de asumir el progresivo quebranto fue acompañada por la creación de nuevos tributos por vía de la falsificación arancelaria, los cuales tienen como finalidad duplicar los canales tributarios de percepción de ingresos (impuestos + tasas especiales) y concentrar la recaudación sacándola así de la masa de recursos coparticipables, condicionando de esta manera la autonomía municipal y el federalismo interno con la misma metodología con que el poder central lo hace respecto de las provincias.
La genuflexión ante el Gobierno nacional: la denuncia tardía e irretroactiva del Pacto Fiscal, por el cual las provincias cedían un 15% de recursos coparticipables a la Nación para cubrir el déficit de la ANSES frente a la privatización menemista del sistema previsional, es el resultado de años de sometimiento voluntario a la lógica de poder del kirchnerismo. De La Sota confiando en sus habilidades persuasivas dejó correr la situación hasta el límite, especulando con una solución negociada. Hoy espera que la Corte Suprema de Justicia lo salve de la asfixia a la que son condenados los díscolos que desafían al Gobierno nacional.
La ambición política: el calendario nacional comenzó a correr y de La Sota sabe que el reloj biológico no está de su lado. Sabe también que no acompaña a una buena propaganda que trabajadores, jubilados, organizaciones gremiales, movimientos sociales y partidos políticos se movilicen reclamando frente a la conculcación de derechos adquiridos. Por eso recurre a una intensa, onerosa y engañosa campaña publicitaria, buscando crear la onírica sensación de ciento ochenta días plenos de realizaciones.
Ciento ochenta días, casualmente, es la diferencia entre el aumento otorgado a los jubilados y su efectivización, plazo suficiente para que sea devorado por la inflación.
Ciento ochenta días es lo que duro el espejismo del Boleto Educativo Gratuito, antes del inminente recorte disfrazado de “correcciones operativas”.
Ciento ochenta días contuvo de La Sota su postura de gobernante abierto al dialogo, hasta que asistió a la Legislatura a obligar a sus legisladores votar un paquete de medidas que no había siquiera leído.
Ciento ochenta días garantizando los impuestos más bajos del país hasta que, de contragolpe, aplicó un gravamen a los combustibles, que más temprano que tarde se trasladara a los precios, generando así una plusvalía inflacionaria en nuestra provincia.
Ciento ochenta días demoraron en emerger recortes en materia de política social, siendo muestra de ello la tentativa de desarticular el Paicor y el intento de implementar el programa “Palomas Para Todos”.
Ciento ochenta días para volver a darle rienda suelta a la prodigalidad y retomar la deuda pública, colocando en el mercado de capitales un bono millonario que pagaremos “entre todos”, como solía decir una antigua publicidad.
Ciento ochenta días fueron necesarios para rebanarle el 82% móvil a jubilados y pensionados.
En síntesis, ciento ochenta días para dar un giro de ciento ochenta grados y volver a la esencia económica neoliberal e ideológicamente conservadora, marca de origen de Unión por Córdoba.
Al espiar por los amplios ventanales del Panal la masiva marcha del miércoles pasado, pensando la manera de sostener medidas que revelan una íntima insensibilidad social, quizás de La Sota también haya tarareado alguna de las estrofas de Chazarreta que provenían de aquel humilde furgón: “Un corazón de madera/ tengo que mandarme a hacer“
Rodrigo López Tais,delegado al Comité Nacional Unión Cívica Radical
Agradecimiento
El motivo de esta nota es agradecer a la empresa de emergencia Corpus SRL, especialmente a la doctora Gloria Moisés de Rizzo y a todo su equipo de trabajo.
Nuestro hijo Lautaro nació durante la semana 36 de gestación y de manera urgente había que derivarlo al Nuevo Hospital de Río Cuarto, debido a que necesitaba internación en Neonatología y Villa María no contaba con ninguna unidad disponible.
Gracias al profesionalismo y equipamiento de alta complejidad con que fue trasladado, Lautaro llego en óptimas condiciones a la cuidad del sur de la provincia. A cuatro meses, nuestro hijo está creciendo muy sano y fuerte en su casa junto a sus padres y hermanas. Muchas gracias por todo.
Gonzalo Capurro y familia
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