“Los jóvenes no tienen idea de lo que fue este bar, pero cualquier adulto villanovense sabe lo que significó. Y mucho más aún la gente vinculada al deporte”.
Carlos Gutiérrez es un coiffeur de la ciudad que hace un par de años abrió su peluquería en donde por mucho tiempo funcionó el bar Temperley, al frente del IPET 322, el único secundario público de la localidad.
Para traer al presente un espacio que permanece en la memoria colectiva del vecindario, remodeló la fachada colocando el nombre del bar y sus propietarios.
“Fue fundado por Juan Carlos Villareal el 23 de febrero de 1962 y durante diez años estuvo él. Luego fue cambiando de dueños. En un diario él había visto al militar chileno del mismo nombre y le gustó, por eso lo llamó así. Y el escudo fue inspirado en el Temperley de Buenos Aires”, contó Gutiérrez a EL DIARIO.
“Esos diez primeros años fueron de esplendor, siendo una especie de sede del club, cuyas canchas de fútbol estaban donde hoy funciona el IPET 322. En el deporte también brillaron, compitiendo con pueblos vecinos”, recordó.
El entrevistado tiene en el interior de su local una pintura que permaneció por aquellos años en el citado bar. “Es de Leonardo Taborda y yo le hice el marco para colgarla aquí”, contó.
“Esta es una de las casas más viejas de Villa Nueva y en octubre quiero hacer un homenaje”, adelantó.
Gutiérrez quiso “trasladar (su peluquería) a lo que fue esta casa en su origen”, comenzando entonces la restauración.
El bar funcionó hasta 2005, cuando Mario César Arce lo cerró. Anteriormente estuvo su padre, Juan Arce.
“Juan Carlos Villareal cruzó correspondencia con la gente del Club Temperley de Buenos Aires por mucho tiempo. Les pidió camisetas, en ese momento estaban comenzando todo a pulmón en la Capital y entonces no pudieron enviar nada, pero el contacto por carta continuó”, rememoró Carlos.