Escribe: Daniel Cerutti
El suave toque burlando la salida de Gavagnin por parte de José Aimar, cuando expiraba el tiempo de descuento determinado por el árbitro, desató algarabía total en la gente de Playosa; lógico que en épocas de carencias de resultados, una definición de estas características siempre aumenta la expansión anímica. En realidad, fue un partido repartido en situaciones de peligro y hasta Asociación Española pudo ganarlo de no mediar la segura labor de Fabricio Garetto, figura de su equipo especialmente en el segundo período.
Desde el comienzo fue importante la disposición ofensiva mostrada por ambos rivales, con apertura hacia las puntas, toque rápido, punzante y tendencia constante en búsqueda de la posición de gol. A los 2 minutos se lo perdió Sotto por rematar deficientemente; luego Playosa respondió con disparo apenas desviado de Piva.
A través de esa operatividad en ataque era previsible la apertura del marcador, y fue el albo quien fijó diferencia a los 19 minutos, cuando luego de un tiro libre correctamente efectuado por Peretti, Guillermo Piva se anticipó a los marcadores centrales y con perfecto frentazo colocó la pelota fuera del alcance de Gavagnin, quien evidentemente descuidó con sus defensores la posición frente al primer palo. Uno a cero que resultaba generoso para Playosa, puesto que ambos habían hecho méritos similares para llegar a la conquista.
Los desacoples defensivos, principalmente en pelotas aéreas obligaron a los dos guardavallas a intervenir constantemente, incluso tratando de ordenar esa fallida cobertura que ofrecía claros enormes ante envíos lanzados sin condición de riesgo. El concepto técnico no fue apreciable en el trámite, con desajustes en la estructura de ambos equipos, en comunicación y traslado; con un ir y venir sin destino que conspiró para una mejor performance general. Después de los 20 minutos y por dicha causa disminuyó la presión en las áreas, faltando la emotividad de los primeros momentos, cuando las defensas y guardavallas debieron trabajar sin pausas. El elenco “gallego” intentó el pasaje a otro nivel de juego; pero apelando a réplicas esporádicas que no arrojaron peligro para la valla bien defendida por Garetto. El uno a cero parcial con que concluyó el período expresó la mejor disposición de Playosa para aprovechar la opción más concreta que creó; a pesar de que Asociación Española tuvo en la primera parte posibilidades reales de gol, con ello aspirar a una paridad que hubiera sido objetiva en su expresión para evaluar lo hecho por uno y otro rival.
En el segundo tiempo Asociación Española mejoró en la generación de fútbol ofensivo, y por instantes mostró claras intenciones de llegar a la definición. La tarea de Valle, bien apoyado por Peñaloza y Facundo Mignola, fue argumento suficiente para complicar a la retaguardia local, que se las compuso para arrestar de cualquier forma los embates del elenco “gallego”. Pero la insistencia siempre es buena consejera, y luego de que el árbitro Bettini obviara una clara infracción por mano de Gauna en el área de Playosa, posteriormente sancionó un dudoso empujón en el área luego de un córner, quizás como compensación del fallo anterior. Peñaloza sometió a Garetto con fuerte remate contra el palo derecho; de allí en adelante con el empate conseguido, el huésped fue con todo en búsqueda del triunfo. Lamentablemente y para su suerte, se repitió en lanzamientos sin destino fijo o errores de definición, aparte de la seria oposición de la defensa alba apoyada en la seguridad de su arquero.
Cuando expiraba el partido, con el visitante jugado para llegar a la victoria, un rechazo de la defensa local encontró desubicados a los centrales Arce y Ardissino, quienes no pudieron controlar la escapada de José Aimar, que llegó solo frente a Gavagnin y con suave toque de emboquillada sobre su cabeza definió y desató con el dos a uno la euforia local. Un encuentro disputado hasta el final, con carencias estructurales y tácticas repartidas; que arrojó un resultado increíble hasta ese entonces, cuando una acción aislada selló la suerte de Asociación Española, quien sin dudas había hecho méritos más que suficientes para llevarse un mejor resultado.
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