|
|
|
|
|
|
|
Se estira Basabe, pero no llega tras la definición de Acosta. Así fue el primer gol de San Jorge, que se lució en Plaza Ocampo |
|
|
|
|
|
Escribe: Juan Manuel Gorno
Tan negro como la camiseta, el debut de Alumni en Plaza Ocampo resultó un fiasco.
Un equipo que logró despertarse en pleno partido de la mañana de domingo, ni siquiera pudo igualar dos arrebatos que pegó San Jorge y la victoria, 2 a 0, finalmente partió rumbo a Tucumán, donde el conjunto conducido por Osvaldo Bernasconi es la grata sorpresa, al convertirse en puntero de la Zona Norte del Argentino A, aún en su segundo partido en la categoría y sin contar con apoyo en las tribunas.
Sorpresa fue la que escribió nuevamente ayer San Jorge, por su propuesta de juego ofensivo, cargado de agresividad en ataque, y la inteligencia para aprovechar la falta de rodaje de este nuevo Alumni que, por ahora, carece de fútbol.
Con dos goles en menos de 20 minutos de juego, el equipo tucumano se llevó un premio merecido y le cargó al rival una serie de elementos a pulir en la columna del debe.
A fin de cuentas, Alumni era quien debía asumir el compromiso de salir a ganar en casa, ante su gente, y con el entusiasmo a flor de piel. Pero San Jorge le arruinó el mediodía con varios rapiditos en cancha que presionaron bien arriba, jugaron al pie y tuvieron contundencia.
Quizás el andamiaje aceitado del visitante, que no cambió el plan que arrastra desde el Argentino B, fue demasiado para este Alumni que se mostró desorganizado en los primeros minutos y después no tuvo respuestas para remontar el resultado.
Será por esa distancia de trabajo a largo plazo, tal vez, que la formación tucumana mostró un patrón de juego, con orden y eficacia, para prevalecer con claridad hasta sacar diferencias en el marcador por partida doble.
Leonardo Pérez, con un remate alejado que reventó el travesaño, al minuto de juego, aportó la confianza en el conjunto visitante y marcó una realidad: San Jorge no venía a pasar desapercibido. Esto se plasmó tan rápido como jugaron sus volantes externos, que llevaron el juego por los laterales, entretuvieron por un lado y definieron por el otro.
Ante un local dormido, insípido y sin recuperación en la zona central (aunque salió a jugar con dos “cinco”), San Jorge encontró los caminos y llegó al gol a los 14 minutos: Exequiel Narese desbordó por derecha, Diego Villagra no lo pudo frenar y el centro pasado encontró la aparición de Guillermo Acosta, quien se hizo un tiempo y colocó la pelota junto al primer palo.
Dos minutos después, se invirtieron los roles, pero el desenlace fue el mismo: Acosta apretó sobre la salida de Lencinas, que se enredó y perdió; luego vino el centro desde la izquierda y Narese, por el otro costado, puso el 2-0.
Perdido
En el resultado y en el juego, Alumni anduvo perdido. Sus defensores jamás tuvieron salida limpia, los dos volantes centrales (Federico Silvestre y David Altuna) no se ordenaron debidamente y, por afuera, Juan Aimar y Alejo Gelatini no encontraron circuitos de juego y terminaron rifando la pelota con imprecisiones.
La salida inmediata fue el pelotazo para Víctor Rena y nada más. Y eso sólo surtió efecto en una acción, cuando el atacante le bajó la pelota a Carlos Herrera y éste no le pudo entrar de lleno con su mediavuelta de zurda.
El propio “Falucho” generó la chance más clara de Alumni a los 27’, con un tiro violento de larga distancia que hizo reaccionar al arquero José Fernández. Lo demás fue pobre, de una pobreza cruda, que hizo preocupar al público local y agrandó al equipo visitante.
Al ataque
Para el complemento, “Pistola” Vázquez debió mover la estantería: sacó un volante de contención (Altuna) y mandó a la cancha a Mariano Aldecoa, quien le dio mayor frescura al juego, asociándose con Aimar y Herrera por la derecha.
Mientras, San Jorge fue retrocediendo las líneas, ya no presionó adelante y se dedicó a custodiar su área. Entonces el local fue al ataque con todo a su disposición y estuvo cerca de descontar cuando Rena, a los 8’, envió un cabezazo que controló abajo el portero tucumano.
No obstante, en grandes pasajes del período Alumni tuvo la posesión de la pelota sin lastimar y, encima, sin la convicción de patear al arco, que fue lo más preocupante.
Una muestra de ello fueron los últimos 20 minutos, ya con el enganche Diego Torres (ex Rivadavia de Arroyo Cabral) en escena, quien hizo un debut interesante por su manera de jugarla redonda (el pibe la toca y va a buscar siempre), pero tampoco aportó para la definición final.
Así, fue imposible penetrar al vallado defensivo que armó San Jorge. Y la única ocasión nítida se dio por un contragolpe, cuando Herrera eludió a un defensor y tiró de zurda, pero el arquero la sacó al córner con la pierna derecha.
El futuro dirá si lo de Alumni fue sólo una desconcentración inicial que salió caro. Por ahora, quedó en evidencia que le cuesta salir a buscar la victoria en casa y, jugando mal, está visto que todo deriva en la derrota.
Otras notas de la seccion Deportes
El peor Agosto de su vida
Argentino, campeón
Jockey no pudo con Athletic
Otra victoria del "Sanmar"
Villa María, subcampeón
|