Martín Brusa (35) y su hermana Julia (34) tienen un sol en el barrio Nicolás Avellaneda. Un sol que lleva un nombre: “Niños del Corazón”. Allí, de lunes a viernes y desde hace dos años, atienden a 35 chicos del sector con la copa de leche.
Pero no están solos. Otras 10 personas colaboran permanentemente para que la iniciativa siga vigente y hasta han acondicionado un espacio físico para que los chicos tengan un techo donde refugiarse.
Además, particulares, profesionales, panaderías e industrias de la ciudad brindan su apoyo en forma anónima para la cruzada solidaria.
En una de las paredes del refugio, hecho a pulmón, figura orgullosa la leyenda del nombre “Niños del Corazón”.
Las panaderías Buen Día y Parque Norte están entre los que tienden una mano. Raúl Costa consiguió las chapas para el techo del lugar, Cormetal está para lo que haga falta y miembros de la CTA se ponen siempre a disposición de los hermanos y los niños.
Ayer, el esfuerzo diario y solidario tuvo un corolario, un día especial. Unos 100 chicos festejaron en el barrio el Día del Niño. Después del mediodía tuvieron algo más que la tradicional copa de leche y jugaron a todos los juegos en un terreno baldío cercano al refugio, preparado los días previos especialmente para la ocasión.
Era tanto el entusiasmo de los chicos, que antes del domingo tan esperado ellos mismos se encargaron de instalar carteles en el sitio, como por ejemplo “no arrojar basura”.
El Instituto de Caridad Universal (ICU) se incorporó ayer a la cruzada y entre todos lograron el máximo objetivo de las almas solidarias: hacer felices a los niños.
Hoy la hermosa rutina dejará atrás al domingo y de lunes a viernes los niños y las niñas seguirán recibiendo lo de todos los días. El domingo los despidió con un regalo sorpresa a cada uno de ellos y a cada una de ellas.
Todos cruzaron sonrisas, los pequeños, los hermanos Martín y Julia y quienes se acercaron para no dejar huérfanas las ilusiones de los chicos.