La re-re fue la combinación mágica que causó la re-relocura.
Sí. Aunque ustedes no lo crean, los distintos sectores de la oposición encontraron un motivo para pronunciar la palabra prohibida (en un país tan proclive a los enfrentamientos): “unión”.
No los unieron la inflación ni la pobreza ni las injusticias sociales. No estrecharon las manos para detener el avance de los grupos económicos concentrados, para luchar sin pausa por mejorar la situación de los más desprotegidos o para lograr quórum en el Congreso.
No. Fue la re-re. Dos monosílabos iguales transportando el carro de los desiguales (de derecha a izquierda) decididos a dar batalla para evitar una reforma constitucional que le permita a Cristina “seguir y ser millones” o nada.
La presidenta no abrió la boca sobre su futuro. Nunca dejó traslucir el deseo de quedarse hasta la eternidad en el Sillón de Rivadavia.
Pero bastó que alguien soltara el globo para que algunos seguidores, sin un profundo análisis previo, practicaran la disciplina del clamor y los opositores se arrodillaran, sin un profundo análisis previo, a orar afectados por el espanto.
“Yo encabezaré la lucha contra la re-re”, dijo el hombre de los ojos claros, el bigote afeitado y los subtes parados durante días.
“No nos hace bien como país, como República, porque maltratar una Constitución adecuándola a un interés puramente particular está lejos, distante, de la intención de nuestros antepasados que priorizaban las metas colectivas”, señaló serio el dirigente con nombre de mes de invierno que supo ser un “radical K” en la Rosada.
Seguramente, el muchacho de acento mendocino no tuvo en cuenta que “sus antepasados” presidieron gobiernos de seis años (con “re” incluida, lo que hace 12), otros tuvieron tres mandatos como gobernadores (caso Córdoba) y, además, fueron parte de una época en que los golpes de Estado ponían la palabra “fin” a las decisiones populares.
Poderosa la chiquitina
Poderosa la re-re. Tan poderosa que hasta van a juntar firmas para legalizar su aborto. Van a lanzar una campaña de vacunación rábica anti “Cris”.
Sí, así como leyó. “En los próximos días vamos a lanzar una campaña masiva contra la re-reelección presidencial y definimos nuestro objetivo electoral para el año 2013, que es alcanzar los cinco millones de votos a nivel nacional, lo que supone un porcentaje del 20% y consolidar al FAP como principal alternativa al oficialismo”. Textuales palabras de dirigentes socialistas.
¿Cuál es la gran preocupación de los dirigentes opositores? ¿Sacar a Cristina del medio para soñar con un posible triunfo en 2015 o defender la salud de la democracia?
Sería muy saludable para la democracia que el primer crédito se lo demos a los pueblos, porque de ellos son las mejores definiciones, aunque nos parezcan equivocadas.