La higiene bucal del bebé se realiza desde que los primeros elementos dentarios aparecen en la boca. Esto ocurre normalmente entre los cuatro meses y medio y los ocho o nueve meses.
En casos muy aislados los bebés recién nacidos poseen dientes prenatales llamados perlas adamantinas, los que se suelen perder para dar lugar a los dientes temporarios (dientes de leche).
Para realizar la higiene bucal del bebé, lo más práctico es que la mamá envuelva su dedo índice en gasa húmeda con agua hervida tibia y le frote las encías y los elementos dentarios. Es importante realizar esta acción al menos dos veces al día o luego que el pequeño haya tomado la leche o comido.
También una vez que hayan aparecido las piezas dentarias se puede usar el “cepillo dedal” con cerdas de siliconas, que se consigue en farmacias.
Es importante tener en cuenta que no es recomendable el uso de pasta dental o enjuagues bucales hasta los seis años.
La higiene es imprescindible en la prevención de futuras caries causada por el uso del chupete o del biberón con azúcares.
Siempre es aconsejable evitar el uso de azúcar o disminuir la cantidad que se usa en la leche del bebé y el niño pequeño, ya que es muy importante el consumo de calcio que sí contiene la leche, mientras que la dulzura proveniente del azúcar es más una cuestión de hábito que de necesidad.
Dra. Silvina Vázquez
Odontopediatra MP 6841
Policonsultorios AMEL