Hola mi “gente de corazón”, como los llamé desde el primer momento en que empecé a tener contacto con ustedes a través de las páginas de El Diario.
Después de más de tres meses, estoy esperando un llamado que confirme la tan esperada cirugía, que en un momento ya estaba autorizada.
Hoy por hoy me encuentro en casa soportando este dolor que ya no me deja ni dormir, destruida físicamente y casi también moralmente, con mucha impotencia, ya que no puedo ni siquiera sostener a mi hijo más chico en brazos. Hay días en que no tengo dolor, pero sí vómitos, por la droga tan potente que estoy tomando. Con decirles que antes tomaba Oxsicontin de 10 miligramos y hoy he pasado a tomar de 40 miligramos.
Las masas tumorales ya están obstruyendo nervios y otras partes de mi cuerpo; el tiempo me juega en contra; ya no tengo fuerzas para enfrentarme con toda esa gente del Ministerio de Salud, que en un momento me decía que ya tenía todo solucionado lo de mi cirugía e iba a ser realizada... A las palabras se las lleva el viento y yo no puedo creer...
Siempre me enfrenté a quien debía: médicos, asistentes, funcionarios, etcétera. Pero, así me fue después de ese viaje en el cual rogué y rogué que me la autorizaran, porque quiero vivir.
Estuve en cama 25 días con dolores insoportables de tantos nervios, caminatas y esperas. Pero hoy ya no estoy en condiciones; cada día mi cuerpo se deteriora. Sólo llamo por teléfono para escuchar: “Mañana la llamamos si hay novedades...”.
Las novedades nunca llegan. Ya no quiero esperar más. Tengo miedo que cuando me lleguen a operar los doctores me digan: “Todo está muy avanzado, ya no se puede hacer nada”.
Sé que aún estoy a tiempo, porque así lo confirman los últimos estudios que me hicieron. Algunos tumores son chicos, como el de los pulmones, pero el del abdomen y el riñón ya son grandes.
Querida gente, la única solución para mi problema es operar y sacar todo lo que se pueda.
Tengo en mi poder el presupuesto de la gran cirugía tan esperada. Cuesta $43.650. Imposible tener ese dinero. Estoy ahorrando moneda por moneda. Nunca pensé que el dinero pudiera ser tan importante... Ahora quiero salvar mi vida.
Necesito hoy más que nunca de la colaboración de la gente, por pequeña que sea la ayuda, suma.
Tenemos pensado con un grupo de gente y chicos del grupo de oración de los Trinitarios hacer rifas selladas para evitar confusiones y también abrir urnas en algunos comercios de Villa María y Villa Nueva. Mi número de cuenta en el Banco de Córdoba es 301541/06.
Mi dirección es Colombia 889 para quien quiera acercarse a conocerme y mi celular es 154061357.
Desde ya les agradezco el tiempo que le dedicaron a leer esta carta. Y con las dos manos en mi corazón les ruego su ayuda por mis tres pollitos inocentes de todo esto.
Un beso.

Rosana Martino