Tío Pujio y su gente ha comenzado con la celebración de sus Festejos Patronales desde el último martes 21 de agosto con una secesión de actos en honor a la Patrona de la localidad, Santa Rosa de Lima.
La Comisión Parroquial de la Capilla San Miguel Arcángel dispuso convocar a los feligreses cada tarde, desde las 19.30, para el rezo del Rosario y luego, a partir de las 20, la celebración de la Novena Patronal. En cada una de ellas se pidió y agradeció por la bendición.
El día central de los festejos será durante esta jornada. La Procesión por las calles del pueblo se ha programado para las 18, en tanto que una hora después se oficiará la santa misa, con la participación de toda la comunidad, autoridades e invitados especiales.
Día por día
Martes 21 de agosto. San Pío. “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.
Miércoles 22 de agosto. Santísima Virgen María. “No tomarás Su Santo nombre en vano”.
Jueves 23 de agosto. “Santificarás tus fiestas”.
Viernes 24 de agosto. San Bartolomé. “Honrarás a tu padre y a tu madre”.
Sábado 25 de agosto. Fray Luis de Francia. “No Matarás”.
Domingo 26 de agosto. Beato Ceferino Namuncurá. “No cometerás actos impuros”.
13 horas. Almuerzo a beneficio de la capilla en el salón del Centro de Jubilados.
Lunes 27 de agosto. Santa Mónica. “No Robarás - No codiciarás los bienes ajenos”.
Martes 28 de agosto. San Agustín. “No dirás falsos testimonios ni mentirás”.
Miércoles 29 de agosto. Martirio de San Juan Bautista. “No consentirás pensamientos ni deseos impuros”.
Jueves 30 de agosto: Fiesta de Santa Rosa de Lima.
Procesión: 18 horas. Misa: 19 horas.
Un poco de su historia
Isabel Flores de Oliva nació en Lima el 30 de abril de 1586. Recibió la Confirmación de manos de Santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima, en el villorrio de Quives (Canta) en 1597.
Desde pequeña, Rosa mostró su inmensa piedad y devoción por el Señor y su vocación permanente por ayudar a los demás, a tal extremo que sus padres pretendieron apartarla de este santo camino para buscarle un matrimonio conveniente. Pero ella, sin renunciar a la obediencia que siempre profesó a sus padres, nunca cedió a esas pretensiones.
Su ferviente amor a Dios lo expresaba en diversas prácticas de penitencia que asumió desde pequeña. A los 10 años de edad ayunaba a pan y agua. Comía muy poco y se preocupaba por que su alimento no tuviera un sabor agradable. En su dormir también fue muy exigente consigo misma, ya que colocaba maderos en su lecho y virutas y cañas en su almohada. Utilizaba silicios para mortificar su frágil cuerpo. Pero todo esto sólo se puede entender al conocer el gran amor que llenaba el interior de la Santa. Todo esto era la expresión de un corazón que desbordaba de piedad por Cristo. Amor que le llevó a rezar durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte: “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”.
Ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo, tomando a Santa Catalina de Siena como modelo de amor a Cristo y de servicio a los más necesitados. Vivió en medio de su pueblo y conjugó una intensa vida de piedad con una caridad plena de iniciativas en favor de los pobres y los enfermos.
En su casa familiar (hoy Santuario de Santa Rosa) dedicaba largas horas a la oración. Su fortaleza y constancia superaron obstáculos e incomprensiones -hasta de sus parientes más cercanos-. Persistió en llevar una existencia de continua entrega a Dios y al prójimo. En una habitación de su casa acogía a enfermos abandonados de los barrios humildes, a los que atendía con sus propias manos.
Dios le otorgó gracias extraordinarias, pero también permitió que sufriese persecuciones por parte de sus amigos y conocidos, poniendo a prueba su carácter de santidad. Las tentaciones también estuvieron presentes, pero ella respondió con mucha oración y penitencia.
Retirada en la casa de su bienhechora María de Uzátegui (hoy Monasterio de Santa Rosa), falleció en la madrugada del 24 de agosto de 1617, a los 31 años. Su entierro, en la Iglesia de Santo Domingo, congregó a una multitud.
Fue beatificada por Clemente IX en 1668 y canonizada por Clemente X en 1671, quien también la hizo Patrona no sólo del Perú, sino de toda América y Filipinas.
Santa Rosa simboliza el primer brote de la evangelización en el Nuevo Mundo.
Tío Pujio no festeja solo
No sólo Tío Pujio celebra el día de los Festejos Patronales el 30 de agosto en la provincia de Córdoba.
Se suman a las solemnidades 15 localidades más: Santa Rosa de Calamuchita, Santa Rosa de Río Primero, Olaeta, Rosales, Las Vertientes, Las Arrias, La Falda, Holmberg, General Roca, General Levalle, General Baldisera, Colonia Almada, Calchín Oeste, Ausonia y Arias.