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Platini fue un dolor de cabeza para Barengo, le cometió los dos penales que cobró el árbitro, pero el delantero luego se hizo expulsar |
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River quedó a un acierto del ascenso a la mayor categoría del fútbol local, debido a que venció por 1-0 a Central Argentino, pero malogró chances (inclusive un penal) óptimas para conseguir ese gol que le hubiera permitido el ascenso.
Por su parte, el "expreso rojo", que anoche debió lidiar siempre cuesta arriba y prácticamente nunca pudo conseguir su momento en el partido, celebró pese a la derrota, ya que el triunfo conseguido en el primer duelo de la reválida y la condición de la ventaja deportiva, le permitió lograr el objetivo de permanecer en la mayor división del fútbol local. Le costó como nunca, pero logró el propósito.
Desde el principio, el elenco "millonario" demostró mayor disposición. Controló la pelota y el juego y pese a que le costaba tener profundidad, cada vez que Platini entró en juego, desacomodó a la defensa rival.
Entonces, el delantero, cuando encaró, provocó el mayor peligro, a tal punto que generó dos penales a favor de su equipo cobrados por el árbitro José Martínez, a la par de las acciones en las jugadas claves del partido.
En el primero, Garetto se lució y contuvo el envió de Rodríguez, pero en el otro, si bien estuvo muy cerca, no pudo ante el disparo de Renato Tais, quien marcó el 1-0 a favor de su equipo, que a esa altura tenía un jugador de más por la expulsión del defensor rival, Fonseca.
No obstante, Platini se trenzó con Gauna, el referí lo echó y todo quedó en paridad. Más allá de todo, el más punzante continuó siendo River, pero el travesaño le negó el segundo gol tras el remate de Sánchez.
Central, mientras tanto, sólo pudo tranquilizarse cuando entró en acción Delfino o en alguna que otra apilada de Peretti, pero siempre reflejó que no era su noche.
En el complemento, los dirigidos por Sachetto se mostraron dispuestos a cuidar su arco, a jugar con el reloj y a apostar alguna que otra réplica con los incisivos Pereyra y Bravi.
Por su parte, River manejó la pelota y el campo, pero pocas veces vulneró como pretendía a la defensa rival. Y, cuando pudo hacerlo, especialmente con el movedizo García dentro del área, no estuvo certero en la definición.
Mostró siempre buenas intenciones de mover el balón, pero falló en donde se definen los partidos. Le faltó un gol.
Central, por su parte, logró su cometido apelando a todos los recursos posibles, y entonces, cuando el referí decretó el final, festejó, pese a la caída.
Juan Pablo Morre
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