Ayer, la CGT Regional Villa María convocó a una conferencia de prensa para dar a conocer la posición de los gremios que la integran frente a la tregua que decretaron algunos sindicatos con el Gobierno provincial.
Minutos antes de comenzar, Eduardo Belloccio, titular de esa organización, echó a la periodista de EL DIARIO que había ido a cubrir la conferencia que dieron en la sede de la Asociación Bancaria. “La CGT no quiere que vos cubras nada que tenga que ver con nuestra organización. Si quieren, manden a otro periodista”, le dijo el dirigente a Patricia Gatti.
La cronista de este medio solicitó que fuera el titular de la Bancaria, Luis Juárez, quien tomara la determinación de echarla del recinto a donde habían convocado, pero el citado dirigente no salió de la oficina donde estaba.
Un episodio lamentable y hasta triste, tratándose nada más ni nada menos que de un gremialista, que se supone está para defender y proteger a los trabajadores, sean de cualquier sector y tengan las ideas que tuvieren.
La Redacción de nuestro matutino llama a la reflexión al titular de la CGT local, con quien pretende seguir teniendo la misma y amistosa relación de siempre.
Repudio
Ante este hecho y con la firma del secretario general del Cispren Villa María, Juan Ramón Seia, la Comisión Directiva de la Seccional Villa María del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación dio a conocer el siguiente comunicado: "Repudiamos la actitud adoptada por el secretario general de la CGT Regional Villa María, Eduardo Belloccio para con nuestra compañera Patricia Gatti, trabajadora y asociada a Cooperativa de Trabajo Comunicar Limitada, editora de EL DIARIO del centro del país.
En horas de la mañana, Belloccio prohibió que la periodista pudiera ejercer su labor en una conferencia de prensa que se iba a llevar a cabo en la sede de la Asociación Bancaria de nuestra ciudad.
El motivo, desconocido, es inapropiado para la actividad que desarrollamos los comunicadores, ya que el dirigente pretende decidir quiénes realizan cobertura de los temas que hacen a ese sector gremial. El atropello al derecho al trabajo se convierte en una contradicción para quien debe defender precisamente esa bandera".