Escribe: Jesús Chirino
La Biblioteca Popular y Municipal Mariano Moreno posee una colección de libros que son resguardados con el máximo celo. Se trata del denominado Tesoro Bibliográfico que está constituido por obras que tienen más de noventa años de antigüedad. Si bien los mismos no pueden ser retirados del edificio de la institución, sí pueden ser consultados en el lugar. Generalmente son libros que ya no se editan, están para la consulta en sala y son un importante recurso para quienes desean investigar diferentes temas del pasado.
Más años que la ciudad
Los libros del Tesoro suman más de doscientos ejemplares. Se trata de un material de lo más diverso. Los más antiguos son de finales del Siglo XIX. La mayoría de ediciones europeas aunque también los hay americanos e inclusos nacionales. Entre todos esos textos están aquellos que pueden encuadrarse en lo ficcional y otros que pertenecen a diferentes disciplinas científicas. Si bien mucho de lo impreso en ese material tan antiguo hace referencia a saberes perimidos, su lectura permite asomarse a un momento del desarrollo disciplinar en particular. Así es que pueden leerse, entre otros, libros de sociología, medicina, psicología que exhiben concepciones propias de la época en que fueron editados esos materiales. Así, por ejemplo, puede verse como Villiam I. Thomas en su libro “El sexo y la sociedad. Estudio sobre la psicología social del sexo”, editado en 1913, utiliza conceptos como los de “raza superior” y “razas inferiores” para referirse a grupos humanos, como también ideas de la mujer que claramente la ubica como dependiente del hombre. Conceptos, todos estos, largamente superados por nuestra sociedad.
Una de las obras que se encuentra en el Tesoro es “El libertador Simón Bolívar” de José María Samper, literato colombiano que en 1884, año en que se editó el libro en cuestión, ejercía como ministro plenipotenciario de los Estados Unidos de Colombia en Argentina. Samper, que escribió en prosa y en versos su visión acerca de Bolívar, fue quien en su país presentó el proyecto de ley para la creación de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, en la actualidad la más importante de ese país.
Otro material acerca de la historia que existe en el Tesoro de la Biblioteca es una edición de 1913 del libro de Vicente Fidel López, hijo del autor del Himno Nacional Argentino, “Historia de la República Argentina”. Se trata del Tomo X de esa obra. Allí López se ocupa de la historia de la República para acercar una visión de “Su origen. Su evolución y su desarrollo político”. Este libro, como tantos otros del Tesoro, también tiene datos acerca de quién fue su propietario y lo donó a la Biblioteca. En este caso el mismo perteneció al escritor local Jeremías Monti. Otros, varios, fueron donados por Carlos Alvarez.
En el Tesoro también puede consultarse “Estudios sobre las leyes de tierras públicas” escrito por Nicolás Avellaneda. Se trata de la segunda edición que vio la luz en 1865, es decir un par de años antes de que naciera la ciudad de Villa María. Por otra parte se encuentran distintas obras de Bartolomé Mitre, por ejemplo “Rimas” de 1916 y varios tomos de la “Historia de Belgrano y de la Independencia argentina” editada en 1913.
Visiones médicas
Regresando a las obras de disciplinas científicas, entre las varias que pueden consultarse está “Estudio médico-legal sobre La Locura” de Ambrosio Tardieu, profesor de medicina legal en la Facultad de Medicina de París. El libro se editó por primera vez en 1872. El ejemplar que posee la Biblioteca es de 1883 y fue traducida al español de la segunda edición francesa por el Licenciado en Medicina y Cirugía Prudencio Sereñana y Partagás y anotado por el médico consultor del manicomio “Nueva Belén” Arturo Galcerán. Un libro que perteneció a Carlos Alvarez y fue donado a la “Mariano Moreno” en el año 1974.
En esa obra el afamado Tardieu considera que ante quienes padecen enfermedades mentales un “poderoso medio constituye el aislamiento en la curación de las formas sanables de la locura… no hay medio de tratamiento superior a éste, y que en la inmensa mayoría de casos, es el único remedio y la condición misma de la curación”. Pero aclara que, según su posición, sería tratamiento y no un ataque a la libertad individual. Este médico hace un detalle de las medidas legales que se aplicaban a los “enajenados” y presenta varios casos judiciales en los cuales ha intervenido como perito junto a otros facultativos. Por ejemplo el caso en que un sujeto que dice llamarse “Regenerador” y que simula locura pero termina confesando su crimen, reconociendo que su verdadero nombre era Juan Charles. El tema de la simulación de la locura en casos judiciales es un tema que profundiza el autor. En esos casos descriptos por Tardieu no sólo se ven las concepciones que en la época existía acerca de la locura, sino también pueden advertirse los tipos de delitos y cómo se describen los hechos y a los protagonistas en esas actividades. Cabe señalar que es un libro que fue muy usado en el estudio de la medicina legal.
Otra relacionada con la medicina que se encuentra en el Tesoro de la Biblioteca “Mariano Moreno” se titula “Doscientas consultas médicas sobre enfermedades de los niños”. La autoría le corresponde al doctor Jules Comby, médico del Hospital de “Enfants-Malades” de París. La traducción se hizo de la cuarta edición francesa y estuvo a cargo del doctor Luis López Saccanne y fue editado en 1916 en la ciudad de Madrid. Dado que en la obra se mencionan tratamientos que incluyen aguas, se aclara que la traducción al español contiene “enumeración de las aguas minerales, balnearios y establecimientos españoles equivalentes a los franceses citados por el autor”. El material está dirigido a los nuevos médicos “no suficientemente familiarizados aún con la práctica corriente de las enfermedades de los niños” y ante “la necesidad de poseer tipos de fórmulas establecidas de antemano, para acelerar el servicio de las consultas y evitar los olvidos inseparables de una improvisación terapéutica”. Deja de lados los casos extraordinarios y ocupándose de manera especial de las “enfermedades corrientes”. Como señal de época en el texto aparece, de manera reiterada, la figura de la nodriza, dentro de la terapéutica se habla de aplicación se sanguijuelas, de ventosas y de cataplasmas. También se recomiendan fricciones el uso de ungüento napolitano y otros remedios que solían provocar envenenamiento por mercurio. Dentro de los llamativos tratamiento, aparece una receta para tratar el hipo de los niños. La misma consiste en “masticar un terrón de azúcar empapado en vinagre” o “asustar al niño para interrumpir el hipo por una sacudida nerviosa” también “cuando es muy persistente, prescribir la sábana húmeda o las duchas frías”. En este libro, dedicado a enfermedades de niños, aparece con claridad la concepción que se tenía acerca de la infancia a principio del Siglo XX. A modo de ejemplo puede verse que ante el diagnóstico de incontinencia de orina en un niño, se recomienda que el mismo se abstenga “de vino y de otras bebidas alcohólicas, de té y de café…”.
Como se podrá notar el material del Tesoro Bibliográfico es muy diverso y aquí no pueden citarse todos los libros. Sí ha sido la intención de presentar este gran recurso para quienes están interesados en el estudio de este tipo de material, a la vez de señalar que en nuestra Biblioteca Popular y Municipal existe una preocupación profesional por preservar este tipo de material.