En el juego de las necesidades y en el examen que ambos debían rendir por lo que arrastraban, Central Norte y Alumni se sacaron un cero grande en Salta, un empate sin goles que refleja sus miserias, aunque el punto resultó positivo desde lo numérico para el equipo villamariense.
Mantener el invicto fuera de casa y complicar más la historia de su rival fue la consigna del Fortinero. Y en ese aspecto, después de la derrota sufrida ante San Jorge, era válido sumar en el Estadio Padre Martearena. Por eso el final del partido dejó cierto gesto de satisfacción para el elenco de José Manuel Vázquez, más allá de que la materia “jugar con la pelota” todavía le resulta inalcanzable.
A fin de cuentas, por ahora parece que le queda cómodo darle el protagonismo al rival y esperarlo con dos líneas de cuatro, defendiendo hasta con el esfuerzo de sus delanteros, todos destinados a correr sin recibir algún pase nítido.
Central Norte se chocó con esa actitud del rival y, obligado a ganar, intentó sin éxito conseguir el gol que mereció por búsqueda más que por inteligencia.
Con dos tanques arriba (Enzo Noir y Juan Perillo) y volantes dispuestos a ocupar espacios en ataque, el elenco dirigido por Hubert Piozzi quiso guapear de arranque, sin embargo, Alumni le ofreció resistencia y cortó los caminos, aunque sin tener respuesta para contrarrestar con alguna réplica o jugada sobre el arco rival. Así, el partido fue insulso, sin emociones.
Uno bueno
Como una luz entre tanta oscuridad, hubo alguien que no mostró errores en lo suyo y, a la hora del recuento positivo, resultó fundamental Emir Basabe.
El arquero insinuó rápido su buena tarde cuando Central Norte llegó por primera vez y Juan Perillo, de cabeza, lo hizo reaccionar. Un manotazo al córner fue suficiente para el mendocino bajo los tres palos.
Pero si el portero fue figura es porque la última línea, con aciertos y errores, no defendió tan bien como en Rosario, más allá de que estuvo más atenta que en Villa María.
Claro que “Pistola” Vázquez no pudo disponer del equipo que deseaba de arranque porque en la previa Juan Aimar no mostró evolución y debió debutar el centrocampista Ezequiel Campos, motivo por el cual Alejo Gelatini tuvo que jugar por afuera y no por adentro como quería el técnico en la semana.
En ese contexto, Alumni buscó no tirar tantos pelotazos como el pasado domingo, pero igual careció de juego, perdió mucho el balón y debió limitarse a defenderse cerca de su área.
A Central Norte le costó penetrar y, salvo aquel cabezazo de Perillo, recién volvió a inquietar a Basabe a los 23 minutos, cuando Mario Campos quedó mano a mano y resolvió mal, con una gambeta larga que hizo perder la pelota por el fondo.
Después el local generó con un centro que Perillo no pudo conectar bien con la frente y un tiro libre de Fabio Giménez que pasó por encima del travesaño. Mientras, el arquero Mariano Maino fue un espectador de lujo porque Alumni, durante toda la primera etapa, no atinó a patear al arco.
Para el complemento, “Pistola” puso otro volante central: David Altuna, quien se ubicó por derecha para que Mariano Aldeoca se cruzara a la izquierda.
Alumni buscó recuperar más arriba y con el correr de los minutos el técnico Hubert Piozzi quiso contrarrestar esa postura poniendo jugadores de ofensiva como Germán Weiner, Ezequiel Magno y Franco Goyeche, todos con idea de juego por afuera.
Un tiro libre alto que ejecutó Aldecoa fue la primera aproximación de Alumni al arco contrario y empezaba a dejar en evidencia que, si se animaba, el equipo villamariense hasta lo podía ganar. Y estuvo muy cerca a los 34’ con un frentazo de Patricio Berardo que Maino sacó magistralmente.
Para el otro arco estuvo Basabe, quien tapó una pelota clave tras un contragolpe tremendo de Central Norte y luego que Alumni jugara mal un tiro libre a favor en campo contrario.
Sobre el final, el uno visitante también tapó un par de remates de media distancia y descolgó un centro envenenado sobre la puerta del área chica.
Apurado, desesperado, silbado por su gente, Central Norte no supo encontrar los caminos y careció de puntería (algo que siempre destacaba a sus tanques de arriba). Y Alumni, que terminó con otros jugadores para el ataque (López y Torres remplazaron a Rena y Herrera, respectivamente), usufructuó esa carencia del rival. Por ahora, eso le alcanza para sumar de a poquito. El problema es que, con su manera de no jugar con la pelota, ganar le costará más de lo pensado.
La figura
Dentro de un partido mal jugado, el mejor hombre de la cancha fue el arquero Emir Basabe, quien hizo todo bien para lograr el objetivo de todo portero: no permitir que le conviertan goles. Lo mejor fue la pelota que atrapó abajo, ante Magno, tras un contragolpe.
El árbitro
Sebastián Mastrángelo, de Venado Tuerto, cometió algunos errores porque no se trasladó bien en el campo y tampoco tuvo colaboración de sus asistentes, sobre todo en infracciones que cobró al revés. Igual, terminó el partido sin problemas.