Ernesto Chaisí pasó los años de su infancia jugando entre las instalaciones de la Feria Arijón, cuyos propietarios alquilaban las tierras a su abuelo, Carlos Mirotti. Hoy sigue viviendo en el barrio, al igual que su hermana, atesorando aquellos documentos que dan cuenta del rol que ocupó la familia para el crecimiento del sector.
Nancy Campos se radicó en el barrio después de que con su esposo compraran el lote en el que construyeron la casa a Italo Anselmo y a un señor Angeli. Corría el año 1983 y cuando se instalaron, dos años más tarde, había sólo ocho familias allí. Trabajaron desde el centro vecinal para el desarrollo del barrio.
Se nota que ambos aman el lugar y por eso gustosamente abren la puerta de los recuerdos para charlar con EL DIARIO en los Barrios.
“La historia viene de 1932, cuando la familia compra las tierras a una viuda. Primero se la alquilan a los de la Feria, que estuvieron muchos años acá, hasta que hicieron el barrio Beletti y se tuvieron que ir porque ya no era zona rural, sino que estaba dentro de la parte urbanizada”, recordó Chaisí, quien está orgulloso de su familia, tanto su madre como su tío y su abuelo, quienes generosamente donaron tierras para la construcción de las 94 viviendas para la ampliación de la ruta pesada y para la calle Modesto Moreno. Su madre también loteó otro sector, que fue donde se construyó el Solares de la Villa.
“Ellos no la vendían a la Municipalidad, sino que la donaban. Pensaban siempre en el progreso del pueblo”, dijo el vecino.
Guarda recortes de medios gráficos que dan cuenta de noviembre de 1981, del inicio de las gestiones municipales para obtener un plan de viviendas a construir en el terreno cedido por Juan José Mirotti al Instituto Provincial de la Vivienda.
El reconocimiento llegó con el nombre de una calle en nombre de su abuelo y el de una plaza, que recuerda a su padre Marcelo Chaisí.
Nancy, por su parte, agrega datos de la historia. Recuerda que cuando llegaron el terreno que habían adquirido era “todo yuyos y enredaderas”.
En su sector había llegado el alumbrado público -no así en el resto del barrio- y poco a poco se fue poblando el sector.
Fue dirigente vecinalista y su esposo, Juan Luis Fernández, fue presidente del centro vecinal.
Recuerda también a Enrique Cardozo como uno de los primeros vecinalistas.
“Es un barrio donde compartimos con los vecinos. Muchas veces celebramos todos juntos el año nuevo en la calle. En otras oportunidades fuimos a la UTN a celebrar la fiesta de fin de año entre todos. Preparábamos el clericó en tarros de leche y debajo de la galería techada compartíamos una cena a la canasta”, rememoró.
Reconoce que hoy hay un poco de celos entre tres sectores definidos: las 94 Viviendas, el Solares, el Portal y las casas que se construyeron de manera independiente. Igual, destaca que es un barrio lindo para vivir, con vecinos indispensables.