Tratar de probar la trata sin necesidad de que la víctima declare. En eso hicieron hincapié ayer dos fiscales durante su exposición en la primera jornada del Congreso contra la Trata y la Explotación de Personas, en la Sociedad Rural de Villa María.
Claro que los funcionarios se refirieron a la etapa de instrucción de las causas y no al proceso final.
Marcela Martínez y Enrique Senestrari, fiscal Federal de Primera Instancia Número 1 de Córdoba, coincidieron en sus apreciaciones.
Martínez dijo que “una joven recién rescatada no puede estar hablando enseguida sobre lo que ocurrió y asumiendo su papel de víctima, incluso a veces pasa mucho tiempo y no se logra”.
“La verdadera declaración es la del juicio. Hay que obviar, entonces, la primera declaración, no es necesaria. Hay una tendencia actual de prescindir de su testimonio. Lo óptimo es que no declare”, indicó.
“Es tanta la evidencia objetiva e independiente a la víctima que no es necesaria su declaración. Hay escuchas telefónicas, seguimientos, filmaciones”, explicó la funcionaria.
Su par, Senestrari, añadió que “a veces la rápida declaración de la víctima es contraproducente, porque viene la Defensa y argumenta que la persona dijo que quería trabajar con el acusado”.
El fiscal remarcó la importancia del informe socioeconómico ambiental de la víctima, “en donde aparece marcadamente la vulnerabilidad”. “Recién deben exponer cuando estén en un ambiente mejor y con una autoestima mayor”, apuntó.
En tanto, Marcela Martínez dijo que “es necesaria la declaración de la persona cuando hay una urgencia, una necesidad, por ejemplo, cuando se viene escapando y hay otras víctimas en el lugar en el que estaba, ahí sí es necesaria la interrogación”.
“En las demás circunstancias, lo óptimo es obtener los datos de manera independiente”, afirmó.
La proliferación de prostíbulos fue abordada en otro tramo de la conferencia que brindaron ambos al mediodía.
En este sentido, el titular del Ministerio Público Fiscal subrayó que los mismos están prohibidos por ley desde 1937. Esa norma “no entra en vigencia por una cuestión cultural. Hasta hace un tiempo ver un prostíbulo era ver un quiosco más. Con la Ley de Trata todos hemos abierto los ojos”, confesó.
“Tiene que darse un cambio cultural en todo el país”, agregó. En un pasaje de su alocución dijo que los policías suelen “participar de manera desagradable” tratando a la prostituta como una contraventora.
Senestrari contó además que “no he visto un solo caso en que no haya existido vulnerabilidad” de la persona explotada. También recalcó que el proxenetismo da grandes monedas, “porque ningún acusado es defendido por el defensor oficial, al contrario, tienen abogados conocidos, de prestigio”.