La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) avanza en el estudio de una disciplina que tiene poco desarrollo en la Argentina: la nutrigenómica, que estudia la interacción entre los nutrientes que poseen las dietas de los animales y la expresión génica, y que podría permitir producir leche con un alto valor nutricional y naturalmente descremada, por ejemplo. Los trabajos actuales se concentran en mejorar la calidad de la leche y de la carne en bovinos, porcinos y ovinos, e involucran a otros grupos de investigación sobre biología molecular del país y de EE.UU.
“La nutrigenómica estudia cómo se pueden expresar o silenciar ciertos genes de interés a partir de cambios en la alimentación”, explicó Alejandro Palladino, docente de la cátedra de Nutrición Animal de la FAUBA, quien regresó recientemente de la Universidad de Illinois (Urbana-Champaign), Estados Unidos, hasta donde viajó para conocer las últimas técnicas utilizadas en ese país y realizar una estancia de investigación de dos meses en el laboratorio de Juan Loor y James Drackley, del departamento de Ciencia Animal de esa institución académica.
En la Universidad de Illinois también lleva adelante sus estudios doctorales en nutrigenómica Sonia Moisá, docente de la cátedra de Porcinos de la FAUBA.
Una de las líneas de trabajo que analizan los investigadores de Illinois son los procesos involucrados en el metabolismo de las vacas lecheras durante el período de transición del preparto al postparto inmediato. Por ejemplo, se estudia el efecto que provocan algunas modificaciones inducidas en la alimentación sobre la performance productiva de los animales. En particular, se evalúan cambios en la expresión de genes asociados con la movilización y la utilización de las grasas como fuente de energía.
“En la FAUBA, en el marco de los proyectos que venimos realizando en el tambo ovino del departamento de Producción Animal, queremos estudiar la interacción entre algunos nutrientes y la síntesis de grasa butirosa en glándula mamaria. Sabemos que a partir de la nutrición podemos alterar la cantidad y la calidad de los ácidos grasos de la leche, y muchos de estos efectos tienen base sobre la expresión de ciertos genes y sobre cómo puede ser modificada. También trabajamos en los cambios inducidos sobre las poblaciones microbianas del rumen, en conjunto con la cátedra de Microbiología”, señaló Palladino.