Coincidiendo con la mayoría de los analistas económicos, Salvador Di Stéfano señaló que “este es un momento histórico para los granos y oleaginosas. Por un lado, por que Estados Unidos, que es una fábrica de maíz, perdió gran cantidad por la sequía y porque la soja de ese país quedó relegada”. Además, señaló que hubo inclemencias climáticas que afectaron a otros granos como la misma soja en Sudamérica, la cebada en Europa del Este y el trigo en Rusia.
Frente a ese escenario, Argentina tiene un rol preponderante en la producción de alimentos, “máxime si se considera que entramos en un año del Niño, lo que asegura buenas lluvias”, explicó.
Pese a todo, no se mostró confiado en asegurar que el próximo año vaya a ser un año de “vacas gordas”, porque entra en escena una cuestión que afecta a toda la economía -no sólo al sector agropecuario- y que tiene que ver con la rentabilidad.
“En el campo, se puede decir claramente que hay dos campos. Los dueños de la tierra, que sin riesgos y sin trabajo tienen renta asegurada, y los que producen en campos alquilados, que además de arriesgar e invertir a cielo abierto, con todos los problemas que eso implica, ven reducidos sus márgenes de ganancias hasta terrenos preocupantes”.
En ese panorama el economista ve como inevitable un proceso de cambios que se darán en un plazo no mayor a cinco años.
“Tendrá que cambiar la forma de hacer negocios. Ya no se podrá alquilar campos así como hasta ahora, sino que tendrá que venir otra figura, como la del mediero, en la que el dueño de la tierra y el productor tendrán que compartir tanto ganancias como riesgos”, agregó.
Además de la forma de hacer negocios, también considera que se transformará la producción
“Habrá que trabajar más. Así no se va a poder seguir. El que tiene granos va a tener que sumar animales, hipotecar sus bienes si no queda otra para poder invertir y generar valor”, indicó. “Y no sólo eso, sino que también tendrá que tener la carnicería. Muchos se quejan porque el valor del ganado baja y en las carnicerías sigue caro. Entonces, para tener rentabilidad, habrá que vender nuestros animales en carnicería”, dijo.
Para el sector lácteo, que es una cadena con experiencia en la generación de valor, sugirió que no se queden sólo en el queso. “Si hay que hacer helados, yogur, leche fluida, algo que genere un movimiento financiero más ágil que el queso, hay que hacerlo”, opinó.
Di Stéfano fue invitado a esta ciudad por Villa María Cereales, empresa que reunió a productores que asistieron a la charla del economista.
Así y todo, entiende que las divisas que ingresarán al país por los granos que se producen “van a generar un crecimiento de cuatro o cinco puntos. Si ese crecimiento va a ser sustentable, ya depende de las decisiones políticas”, concluyó.