El autor de "Qué vida para vivirla", que vio la luz hace un par de años, producto de la original manera de enfocar el milagro de la existencia diaria de un hombre simple y lleno de espiritualidad como es Pedro Accastello, dio a luz a su segunda obra literaria. Si bien nació en Luca y hoy vive en Arroyo Cabral donde trabaja para una industria vinculada con el campo, que también es un desactivado director técnico de fútbol nacional, es un ciudadano del mundo porque su obra literaria trascendió los umbrales de su terruño para ser conocida en todo el país incluyendo Internet, la Feria del Libro de Buenos Aires y Córdoba, además de proyectarlo en conferencias motivadoras plenas de optimismo e histrionismo, reflejos de una atrapante personalidad.
El acto académico en el auditorio del Rectorado de la Universidad Nacional de Villa María tuvo la calidez y acompañamiento de un centenar de amigos de la Sociedad Argentina de Escritores y de su vida entera. Fue presentado por la secretaria de la entidad, Cristina Pablos, y con un comentario especial de la autora del prólogo, Dolly Pagani.
La nueva obra forma parte de una saga que se completará dentro de tres años con una nueva obra conexa con las dos primeras.
Este nuevo alumbramiento se originó en un sueño del autor -según su narración- que una noche sintió que iban por su alma para darle muerte y de allí emprendió un viaje de siete días que lo llevaría en búsqueda del destino final llamado "felicidad".
Se considera un peregrino de la vida y en el contenido del libro se encuentran reiteradamente mencionados mensajes de sueños, de esperanza, de amor, de belleza, de optimismo, de enseñanzas, de paz, de quietud.
Rescatando algunos de sus pensamientos recordó que "los dueños de espíritus negativos se acuestan para dormir mientras que los que están dotados de espíritu positivo se acuestan para soñar" o que "el optimista ve una oportunidad en cada calamidad y el pesimista ve una calamidad en cada oplortunidad."
"Mi Universidad se llama ‘calle’, mi carrera, ‘ramos generales’, mis maestros, la gente con sus dichos y creencias..."
En resumen, se puede decir que entrar en las páginas de "La maravillosa..." es zambullirse en una gran fuente de pensamientos de inagotable vivencia para disfrutarlos en plenitud.
Héctor Cavagliato