En sus primeras apariciones en el fútbol argentino, el uruguayo Ignacio Amarilla no anda con chiquitas.
El pasado sábado debió debutar con la casaca de Alumni a los cinco minutos de un partido ante Talleres, nada menos que en el Mario Kempes. Y el próximo domingo se dará lo que tanto esperaba: será titular. Y en el clásico ante Sportivo Belgrano de San Francisco.
Sin embargo, las grandes responsabilidades parecen no pesarle a este jugador que viene del fútbol grande de Uruguay, se muestra tranquilo y tiene experiencia, como afrontar grandes batallas, propio del estilo charrúa.
“Me toca debutar en un clásico, pero lo importante es hacer las cosas bien, estar bien parado y sacar un buen resultado allá que, sin dudas, nos motivará para el día a día”, contó ayer Amarilla, en diálogo con EL DIARIO.
“Hay que borrar todo lo que se hizo el sábado, dejar ese partido atrás y pensar en el que viene porque es el rival más importante para nosotros, entonces hay que sacar los tres puntos como sea”, puntualizó.
Desde una óptica positiva y con ganas de superación en todo aspecto, el central rescató que el estado de ánimo del plantel no decayó, a pesar de que todavía no pudo ganar.
“Veo muy bien al grupo porque creo que se jugó un buen partido el sábado; en el último minuto hubo una distracción que nos costó un gol, pero estuvimos bien parados”, comentó. “Pero el equipo está bien, con ánimo de seguir, buscamos hacer un gran partido como se hizo el otro día y trataremos de hacer las cosas bien”, añadió.
Consultado sobre su actuación personal, justo en un partido tan complicado y tras la lesión de Juan Salort, Amarilla destacó: “No sabía cómo me iba a sentir jugar tantos minutos, pero me sentí cómodo en la cancha y la verdad que con la alegría de haber debutado con esta camiseta”.
Adaptado
Alguna vez, en la década del 80, otro Amarilla llegó a Villa María para trascender con la camiseta de Alumni. Fue nada menos que el “Caia” (Carlos), el mejor santiagueño que pasó por el club, quien se ganó el corazón del hincha por su categoría y su constancia, además de su versatilidad.
Esta vez un uruguayo con el mismo apellido quiere hacerse un lugar, a fuerza de otro estilo, pero quizás con los mismos sueños.
“Es la primera vez que juego en Argentina y trato de acoplarme un poco al fútbol de acá, en los entrenamientos, en los partidos, en el grupo; sin dudas que cada vez que agarre ritmo, me irá mejor”, contó.
Luego de recalcar que se siente “cómodo tanto por izquierda como por derecha” en la zaga central, marcó lo que observa como diferencia entre el fútbol uruguayo y el argentino.
“Creo que acá se juega un fútbol muy rápido, muy dinámico. Hay que acostumbrarse a eso que es lo principal; después, hay que estar bien parado, pero principalmente la velocidad con la que se juega veo como diferencia”, analizó.
Si bien llegó a tiempo para hacer toda la pretemporada, la demora de su pase le impidió jugar de arranque en el campeonato. Entonces el zaguero debió esperar y trabajar en silencio.
“En Cerro (de Montevideo) jugué mi último partido de titular, hace tres meses, así que estoy agarrando ritmo acá, tratando de adaptarme, porque si bien tanto el fútbol argentino como el uruguayo tienen las fricciones que lo caracterizan, acá se juega más rápido”, reiteró.
En ese sentido, promete aportar “lo que se vio el domingo pasado: tratar de estar atento al juego rápido, a las coberturas”. Mientras, pidió al hincha de Alumni “que siga apoyando porque este equipo va a dar mucho más”.
Es que, hoy por hoy, Amarilla camina por la ciudad como un villamariense más, buscando su lugar en el mundo.
“Estoy adaptado y creo que acá es como Uruguay; he conocido bastante, conozco las calles, avancé casi un cien por ciento y estoy contento de estar acá”, reveló el uruguayo, quien el domingo dejará las palabras de lado para entrar verdaderamente en la acción del clásico.