Después de más de un año y medio de comenzar su transformación fisonómica, Axel Rosales logró batir el récord mundial de piercings en el rostro.
La confirmación oficial le llegó ayer a través de un correo electrónico enviado por el representante de Guinness para Latinoamérica.
A partir de hoy, Rosales figura en el libro de los récords 2013 y puede verse a través de la web, con el sello de Guinness, tal como lo muestra la foto en esta página.
Luego de ser propuesto para el récord, desde Guinness llegaron en octubre de 2011 hasta Villa María para corroborar el número exacto de aros que el joven se había colocado.
Así, con 280 aros en su cara, el joven villamariense despojó del récord mundial a el cubano José Iorio que contaba con 250.
“Aunque cuando yo empecé mi objetivo era el cuerpo, después desistí”, explicó Rosales, a la vez que repite, una vez más, que comenzó a colocarse aros por todas partes porque le “gusta el dolor”.
El dejar de lado la idea original de competir por el récord para todo el cuerpo, tuvo que ver conque hay muchos lugares en los que la piel rechaza los piercings. Además, porque el competidor que tenía se había colocado 1.200 en el mismo día, con anestesia, y perduró con ellos durante 48 horas.
“Yo podía superarlo si era con anestesia, pero yo nunca la uso, tenía que convivir más y, para sacarlos y ponerlos, yo prefiero otro tipo de convivencia con el aro”, explica.
Tras volver a confesar que la colocación de los piercings tuvo que ver con “aliviar un dolor del corazón con uno físico”, asegura que hoy ya no tiene que lidiar con ese dolor, que empezó una nueva vida, que está de novio y que tiene nuevos proyectos.
“Antes estaba muy depresivo y esa era una forma de suicidarme lentamente, pero parece que Dios me escuchó y me dio una segunda oportunidad de vida”, señala.
“Ahora me siento feliz”, afirma, al mostrar su rostro libre de aros, a la vez que dice que no le importa si las marcas que le dejaron se van o se quedan.
“No me interesa, la piel es un cascarón, lo importante es el alma y el corazón de cada persona”, indica.
“Si me hubieran preguntado antes, cuando tenía los aros, qué representaba para mí obtener el récord Guinness, hubiera dicho que es lo que siempre soñé, pero hoy es raro, es sólo haber logrado un objetivo que fue bastante difícil, pero no imposible”, precisa.
Por haber obtenido el récord, Axel recibirá un certificado de Guinness, aunque no supo precisar cuándo.