Jacqueline Carrión sigue adelante su batalla contra la violencia de género. Desde que debió ser hospitalizada por las agresiones que recibió el 10 de agosto último de parte de su esposo, Darío Vermi -según consta en la denuncia- la mujer continúa padeciendo dificultades.
“Actualmente vivo con mis dos hijos más chicos, ya que gracias a Dios tengo la tenencia. Pero se hace difícil luchar, dado que estamos en la casa de mi mamá, compartiendo una habitación entre los tres”, indicó.
Cabe señalar que la situación económica de los Vermi -y por lo tanto, de los hijos del matrimonio- es muy buena, con propiedades urbanas y rurales que proporcionan una renta superior a la media.
“Pese a eso, mis chicos no tienen ni zapatillas. Los juguetes quedaron en la casa, la computadora, la bicicleta. El se quedó con todo y los chicos piden sus cosas, pero yo no se las puedo dar”, recordó.
Jacqueline está casada desde muy joven con Vermi, con quien tuvo cuatro hijos, quienes actualmente tienen 18, 16, ocho y seis años.
La última agresión física que recibió la dejó internada en el Hospital y a él, en la comisaría por unos días.
Tras esos hechos, Jacqueline, asesorada por la abogada Natalia González, tuvo que entablar una nueva lucha, la cual fue recuperar a los hijos que estaban viviendo en lo de su abuela paterna.
Así fue que después de varios días de reclamo logró la tenencia. “Mi suegra me devolvió a mis hijos con una cajita que tenía la ropa más fea. Nada más”.
Mientras tanto, hizo el reclamo en los Tribunales de Oliva, donde tramita el divorcio, para que le restituyan el domicilio conyugal a los efectos de que los hijos puedan seguir viviendo en el mismo ámbito de siempre.
“Lamentablemente, eso no avanza. Me preocupa mucho mi hijo de 16 años, me gustaría que se venga con nosotros, pero en la casa de mi mamá ya no hay más lugar”, indicó.
Denunció además que Vermi les retiene documentación indispensable de los hijos menores, como DNI, carné de vacunación y el de la obra social.
“Me pasa una cuota alimentaria de 1.500 pesos, que deposita cuando quiere. Por ejemplo hoy -por ayer- todavía no estaba hecho el depósito”, relató.
La situación de agobio económico que no corresponde a los hijos del matrimonio por tener bienes que los liberarían de esa presión, se enmarca dentro de lo que la Ley de Violencia de Género (Nº 26.485) describe como “violencia económica” a “la que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de:
a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes.
b) La pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.
c) La limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida digna.
d) La limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo”.
Denuncia maltrato policial
Otro de los frentes de batalla que afronta Carrión es la denuncia que presentó ante Asuntos Internos de la Policía de la provincia, contra el jefe de la Comisaría de James Craik, quien, “sin evaluación médica ni orden judicial pretendía internarme en el psiquiátrico de Oliva”, informó Carrión.