Históricamente, la escuela tradicional ha enseñado a memorizar y no a comprender. De este modo “ha generado un conocimiento frágil y un pensamiento pobre -señala la secretaria académica del Instituto de Investigación y Extensión de Ciencias Humanas Mercedes Civarolo- haciendo del alumno un sujeto pasivo al que sólo se le pedía receptar y reproducir información”.
En las antípodas de la propuesta tradicional se enmarca la denominada Enseñanza para la comprensión. “Esta didáctica pone en juego un montón de funciones cognitivas, ya que el alumno va a tener que demostrar que ha comprendido ejemplificando, explicando, relacionando o resolviendo problemas. La Enseñanza para la comprensión piensa al alumno en otros términos antropológicos, como un sujeto activo que utiliza el conocimiento, que construye y, a su vez, actúa de manera flexible a partir del mismo”, agrega.
Respecto al nombre de esta perspectiva, la doctora remarca que “no se trata de comprensión en el sentido de saber leer un texto, sino un tipo de enseñanza que promociona una cultura de pensamiento de orden superior”.
Vale decir que el acta de nacimiento de esta línea de pensamiento tiene más de 40 años. Surgió en la Universidad de Harvard en 1967 y el nombre de la criatura fue “Proyecto Zero”. Iniciada por el filósofo estadounidense Nelson Goodman, la idea central de esta investigación fue entender y mejorar la enseñanza de las artes y otras disciplinas humanísticas y científicas. En 1972, los doctores David Perkins y Howard Gardner, de la misma Universidad, codirigieron el proyecto hasta ampliarlo a otras disciplinas y abarcar la educación toda.
Precisamente, Perkins será el invitado de lujo al Simposio Internacional de Enseñanza para la Comprensión en Educación Superior que se desarrollará el próximo jueves 20 en el Campus de la UNVM, organizado junto a la red Latitud Nodo Sur (Iniciativa para la Comprensión y el Desarrollo en América Latina) .
Aulas reflexivas
A la hora de pensar en una “enseñanza para la comprensión”, una de las ideas centrales en el pensamiento de Perkins ha sido “el modelo de escuela inteligente”.
“Perkins propone generar aulas reflexivas donde se promocione el pensamiento y se le dé más lugar a las preguntas que a las respuestas. Aulas que enseñen a pensar más que a reproducir y a comprender más que a memorizar. Esto retoma la idea de educación de la Grecia Antigua, donde se interrogaba todo el tiempo acerca del conocimiento”, indica Civarolo.
En este nuevo modelo de escuela, dos son las preguntas que se han vuelto fundamentales: “Qué debemos enseñar y qué vale la pena que los alumnos comprendan. Y estas preguntas no son menores -remarca la doctora-, ya que una de las metas de la escuela tradicional suele ser la transmisión del programa de una materia, mientras que a partir de estas preguntas nos estamos planteando qué queremos que los alumnos comprendan de esa materia”.
¿Por qué este Simposio se consagra a la educación superior?
-Porque es una problemática relevante. Pero eso no quiere decir que el Simposio no sirva para pensar la educación en todos los niveles. De hecho, la “comprensión” es una preocupación de todos los que intentamos enseñar desde la primaria hasta la universidad. El Simposio es un espacio que nos permitirá revisar nuestras prácticas educativas, sobre todo a quienes estamos formando docentes y profesionales.
Más información al 4539136 o a simposioepc@edu.ar.
Iván Wielikosielek
(especial UNVM)