La figura del cura José Gabriel Brochero fue uno de los pilares del segundo Encuentro Regional de Cáritas Parroquial, que se llevó a cabo ayer durante la mañana y toda la siesta en el Salón Parroquial de calle Estados Unidos, a metros de la Iglesia Catedral de Villa María.
La reunión concentró a los fieles de toda la provincia de Córdoba. Como se sabe, la iglesia está dividida en regiones y Cáritas tiene ocho zonas; este encuentro regional abarcó las seis Diócesis cordobesas: Villa María, Río Cuarto, San Francisco, Córdoba, Cruz del Eje y Deán Funes.
El primer encuentro se había desarrollado en Río Cuarto y ahora le tocó el turno a esta ciudad, con la intención de fortalecer la identidad de la entidad diocesana.
Durante la mañana, estuvo presente el obispo José Angel Rovai, quien efectuó una reflexión sobre la caridad reflejada en la figura del cura Brochero.
El alto dignatario de la Iglesia ya había resaltado las cualidades del sacerdote cuando recientemente, en el Día de San Cayetano, dio una homilía en la Capilla San Cayetano de Villa Nueva.
En la víspera, los fieles decidieron que el cura sea “nuestro iluminador”, eligiéndolo como Patrono.
Más tarde, los asistentes trabajaron en la revisión de lo que es el rol de Cáritas y cómo reflejar la misión de Brochero en la labor de cada uno de los cristianos.
En este sentido, la directora de la entidad, Gilda Ibal, recalcó que Cáritas “sólo anima y coordina la caridad”, pero recalcó que “todos los laicos” están comprometidos a ser solidarios y caritativos.
Por eso, en el encuentro se reflexionó sobre las distintas actitudes de las personas, advirtiendo que no tiene sentido ir a misas o a catequesis si no se practica la caridad y el amor por los demás, constantemente.
Consultada por EL DIARIO sobre qué significaba haber elegido a Brochero como el patrono, Ibal explicó que “no es que a partir de ahora nos vamos a proyectar realizar cierta actividad sino que debe servirnos para reflexionar sobre nosotros mismos”.
“Muchas veces estamos en nuestra rutina y no miramos para atrás, creyendo que hacemos las cosas bien y no es tan así”, remarcó la dirigente.
Ibal destacó que probablemente Brochero sea el primer cura del país en ser beatificado (ver nota“El milagro del sacerdote”). “Es un ejemplo de vida y de lo que es la caridad misma”.
El milagro del sacerdote
El cura José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en el paraje Carreta Quemada, cercano a Santa Rosa de Río Primero, y murió en enero de 1914.
A los 26 años era sacerdote. En 1867, socorrió a enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que sufrió Córdoba y por haber compartido, tiempo después, el mate con personas con lepra, se enfermó y quedó ciego y sordo.
En la Nochebuena de 1869 dejó Córdoba para hacerse cargo del curato de San Alberto, actualmente conocido como el Valle de Traslasierra.
Junto con vecinos, impulsó y construyó el viejo camino de las Altas Cumbres.
A Brochero se le atribuye la curación de un niño que sufrió un accidente grave en Córdoba, con paros cardiorrespiratorios serios y prolongados. El pequeño habría mejorado sorpresivamente tras las oraciones al sacerdote y la Junta Médica del Vaticano concluyó que la sanación no tiene explicación desde el punto de vista médico, porque supera a la ciencia.
Para ser beato, la Iglesia debe constatar un milagro.Y se debe demostrar un segundo milagro para llegar a la santidad.