Luego del triunfo ante su clásico rival, el envión anímico le permitió a Colón continuar en la senda del triunfo. Ayer venció por 2 a 0 a Juventud River Plate, en Ausonia, con goles de Pablo Alvarez y Lucas Morre, de penal. Sin jugar bien, los dirigidos por Comba superaron con justicia a un rival que no pesó en la ofensiva, que dejó muy solo a Estévez y que trató de cortar el juego con faltas cada vez que el rival intentaba llevar peligro a su área.
Sin embargo, las primeras ocasiones fueron para el local, y a los 12’ Pauletti recibió de Alvarez, y ante la presión de Delgado, el arquero no pudo despejar correctamente y rebotó en la humanidad del mediocampista. El balón salió desviado, pero el uno visitante mostró una vez más que su fuerte no es el juego con las piernas.
En la siguiente, todo el mundo vio un claro penal a Luppo, a quien lo tenían tomado. Pero el árbitro, que antes había advertido al marcador, decidió no ver. Pese al malestar, Colón contaba con otra posibilidad a los 15’, cuando Sandrone desbordó por izquierda, y envió un centro para Demichelis, quien definió apenas desviado.
En la siguiente, el solitario Estévez recibió y remató encontrando como destino final a las manos de Pauletti.
El partido no era bueno, y pese a que existían posibilidades de gol, los equipos se prestaban la pelota, Colón intentaba algo más pero se encontraba con las faltas locales que cortaban cualquier alternativa. Por su parte, el local no ponía demasiada gente en ataque, por lo que a Estévez y Márquez todo le costaba el doble, ya que no tenían compañía.
A los 18’ desde los pies de Elhall los cabralenses contaron con una posibilidad, el remate del ex Alem fue al cuerpo del uno que dio rebote, el cual no pudo ser capitalizado por Matías Mansi. Diez minutos más tarde la tuvo el local, siempre desde la pelota parada, tras un centro pasado apareció Piedrabuena por detrás de todos sorprendiendo, pero su remate se fue arriba.
Otra polémica del hombre de negro llegó a los 32’ cuando Morre envió un centro que picó antes del cuerpo de Barbero, que no pudo atrapar el esférico y Demichelis empujó a la red, pero Bonaventura cobró falta sobre el arquero.
La primera parte se fue en empate, sin embargo era injusto, ya que Colón sin ser arrollador había tenido más posibilidades de abrir el marcador, mientras que Juventud inquieto a Pauletti, pero no pudo capitalizar esas alternativas.
Al comenzar la segunda parte, desde el pie izquierdo de Elhall nació el gol, ya que fue el ex Alem el que envió un centro al segundo palo de Barbero, que no pudo contener y perdió el balón, y en el medio del amontonamiento y la desesperación Pablo Alvarez pudo empujar el balón para decretar el 1 a 0.
Como respuesta, a los 5’, Estévez ganó ante la marca de Mansi abrió para Theiler que llegó al fondo y envió un centro que no pudo ser conectado correctamente por el goleador de Ausonia. Y a los 17’ el loca tuvo la mas clara, Márquez envió un centro preciso al pecho de Melano, que giró con mucha tranquilidad y de volea remató al palo, perdiéndose la posibilidad de igualar el marcador.
Luego otra vez Pauletti no pudo con sus pies, y tras recibir, se complicó al no despejar rápido y ante la presión de Estévez terminó pegando (otra vez) en su humanidad y cuando fue a definir llegó incómodo. Ante esto, el local pensó que podía y se animó. Theiler llegó al fondo y envió un centro que Melano tiró por arriba del travesaño.
En la desconcentración defensiva, lo pudo liquidar Colón, pero primero Sandrone definió afuera tras una habilitación de Demichelis. Luego Elhall perdió en el mano a mano ante Barbero.
Y a los 36’, Colón lo cerró, porque Sandrone ingresó al área a fuerzas de gambeta hasta que se topó con la plancha de Melano, que lo tumbó, y el árbitro no dudó en cobrar penal. El tiro desde los 12 pasos estuvo a cargo de Lucas Morre, quien definió suave, cruzado al palo izquierdo de Barbero.
Sobre el final, Estévez la tuvo pero la tiró por arriba y Theiler sacó un potente remate que Pauletti sacó afuera.
La figura
Yamil Elhall. El defensor, con su pegada, fue uno de los jugadores que más peligro llevó al área defendida por Barbero. De un centro suyo nació el primer tanto, que permitió abrir el cerrado marcador.
El árbitro
Eduardo Bonaventura no tuvo un buen partido. Lejos de la jugada, desconcentrado. No cobró un penal y anuló mal un gol a Colón. Además dejó pegar y no mostró las tarjetas correspondientes.