Las perspectivas de crecimiento para el país son alentadoras, pero con exacerbadas subas de precios.
Si analizamos variables y datos para describir el contexto actual se desnuda la realidad: el país está creciendo nuevamente alentado principalmente por un pujante consumo de bienes durables y por suerte por unas sostenidas exportaciones.
El escenario nos muestra también que cacheteada por una constante inflación la inversión no se despliega o no toma la fuerza necesaria.
Esta suba sostenida de precios arenga un fuerte consumo como protección a la licuación del ahorro, ya que con tasas de interés negativas “o ahorrás en un activo que no pierda valor (¿dólar?) o consumís”.
A falta de este instrumento tan valioso que le permita a la gente cubrirse del “impuesto inflacionario”, la premisa es simple “lo gasto”.
Por otro lado, la inflación carcome la rentabilidad empresarial que ve como alarmantemente suben sus costos de producción, principalmente la mano de obra, hoy factor preponderante en los costos de las Pymes.
s Inflando el globo
La realidad es compleja, frontera afuera observamos que las naciones desarrolladas continúan sin encontrar el rumbo y las emergentes surfean a su propio estilo las consecuencias.
De un lado, Europa endeudada hasta el tapete y frenada en seco se hunde sin tocar fondo, mientras Estados Unidos no duda y emite sin parar para reactivar al “gigante dormido” trasladando inflación a dos manos a cada rincón del planeta.
Por otro lado, sin ser alarmante, China desacelera bruscamente su crecimiento, principalmente por no encontrar mercado para sus bienes exportables, y más cerca Brasil ya anunció medidas directas para evitar una apreciación de su moneda ante el exceso de liquidez mundial.
En nuestro país el cóctel nos presenta así un enmarañado proceso inflacionario: a las fuertes causas internas debemos sumarles las mencionadas causas importadas (...).
Lic. Alfredo Koncurat
(Continúa en la
edición de mañana)