Escribe: Juan Manuel Gorno
Los abrazos finales en la mitad de la cancha de San Francisco, los saltitos y el revoleo de camisetas mirando hacia el público. El desahogo.
La imagen de Alumni el domingo, tras el 2-1 ante Sportivo Belgrano, devolvió una sensación de alivio, propia de quienes confían en sus posibilidades y a veces no las pueden demostrar.
Pero lo más resonante quizás pase por el efecto de la victoria en el clásico, como esa devolución de satisfacción a quienes, por obra del amor a la camiseta o colaboración permanente con el club, esperaban que Alumni cortara una racha de suplicios y malestares.
A fin de cuentas, este nuevo Alumni estaba en deuda. Su gente, tras el sofocón de la temporada anterior, debió bancarse historias de desencuentros previos al torneo actual, bebió de la expectativa que se generó en los anuncios, se asoció, apoyó desde los bonos hasta las entradas y, sin embargo, el club trasladó el partido más importante (ante Talleres) a Córdoba, y el equipo mostraba carencias de guapeza para ganar, más allá de los empates conseguidos en Rosario y Salta.
“Más de lo mismo” fue la primera frase que se escuchó tras la tristeza en el Kempes. Y para un grupo que recién comienza a nadar por las profundas aguas del Argentino A, esa palidez suele desmotivar, aunque a veces también te hace fuerte.
El caso es que Alumni necesitaba un triunfo así, de inmediato, resonante, ante el enemigo íntimo de la provincia, porque era la única manera de parar la pelota que, en el ambiente futbolero local, parecía irse a las nubes para nunca más volver.
Es que luego de relojear el panorama en la tabla y la mediocridad de los partidos, redoblar la confianza en el equipo iba a resultar una utopía, más allá de los seguidores de siempre, esos que ya están acostumbrados a padecer los goces ajenos y las desgracias propias.
A fin de cuentas, ni el cuerpo técnico ni los jugadores actuales tienen toda la culpa de las pálidas que el club arrastra desde hace años en la categoría, pero es entendible que la paciencia tiene un límite y que, aunque sea como un bálsamo, había que hacer ruido con una victoria que permitiera volver a creer.
La victoria valió doble entonces, a pesar que sólo fueron tres puntos (muy importantes para ubicarse en mitad de tabla), porque sirvió para empezar a reconciliar la esperanza de quienes representan al club con la de esa gente desesperanzada.
Y hubo más
El cambio en la motivación, el ánimo, el semblante, no fue lo único que se plasmó en la victoria.
En lo futbolístico, Alumni dio mejores señales en muchos aspectos, a pesar que los primeros 20 minutos marcaron una preocupación en el rendimiento.
Lo importante es que José Manuel Vázquez encontró en las variantes obligadas (por las bajas) una respuesta positiva de quienes hacían su presentación.
Los centrales Maximiliano Ortiz e Ignacio Amarilla debutaron como titulares y exhibieron jerarquía. El “Rulo” mostró su velocidad en las coberturas y tranquilidad para saber cómo salir desde el fondo (además del tiro libre-pase gol que metió en el segundo), y el uruguayo ordenó debidamente, se afianzó y contagió.
A su vez, Ezequiel Campos no desentonó como marcador de punta por izquierda, una función que le “jugaba en contra” porque entraba con perfil cambiado. Y Hugo Yocca, que debió sustituir a Joaquín Lencinas de última, aportó lo suyo, lo de siempre, con atención para mandarse al ataque seguido.
En la línea de volantes, todo se facilita cuando los externos, en este caso Mariano Aldecoa y Juan Aimar, se tornan más participativos y saben moverse también sin pelota.
El ex Belgrano las pidió siempre y se acercó un poco más a lo que Alumni espera de él. Y “Zapallito” fue influyente en las acciones de gol, nada menos.
Arriba, Carlos Herrera jugó su mejor partido desde que volvió y se anotó en el marcador, un dato fundamental para todo goleador. Y Víctor Rena dignificó la cinta de capitán que lleva, por aquello de saber cómo se juega un clásico, con los dientes apretados, complicando a toda la defensa rival.
Además, esta vez el atacante no bajó demasiado para ocuparse de la marcación y se ocupó de mantener en vilo a los centrales rivales.
Mientras, el técnico mantuvo el equilibrio por aquello de conservar a sus hombres arriba para responder con buen ataque después de una buena defensa, algo que faltó ante Talleres.
El ingreso auspicioso de Alejo Gelatini (quien casi convierte un gol estupendo), como así también de Diego Torres y Ezequiel Reina, dieron cuenta de la variedad interesante que Alumni tiene para seguir evolucionando. Y a esto vale recordar que todavía no debutó Ariel Mascambroni y que la siguen peleando otros jóvenes con condiciones, como Santiago Aloi y Federico Amaya, por citar algunos.
Claro que esto recién comienza y Alumni no debe quedarse sólo con esa imagen en San Francisco.
El próximo compromiso, contra uno de los equipos que mejor comenzó el campeonato (Gimnasia y Tiro de Salta), será otra prueba exigente, sobre todo porque todavía no se sumó de local y porque después viene el descanso.
Lo importante es que Alumni encontró esta semana una luz en el camino y que, a partir de allí, deberá trabajar para mantenerla encendida.
Esperan a “Falucho”
El delantero Carlos Herrera, quien salió el domingo con un tirón en la pierna izquierda, ante Sportivo Belgrano, será evaluado en las próximas horas para comprobar la gravedad de la lesión, aunque no llegaría en condiciones al próximo partido, ante Gimnasia y Tiro de Salta.
“Falucho” podría padecer un desgarro y ayer dijo que hoy le realizarán una ecografía y que es muy difícil que se recupere esta semana.
El médico del plantel, Horacio Escurra, indicó que Juan Aimar sólo tuvo una contractura, al tiempo que comunicó que el defensor Joaquín Lencinas y el mediocampista Ariel Mascambroni quedarán a disposición del cuerpo técnico esta semana.
Así, quienes deben seguir recuperándose son los defensores Diego Villagra (tiene para 20 días más, aproximadamente) y Juan Salort, a quien le realizarán otra resonancia magnética antes del fin de semana.
Por otra parte, el central Patricio Berardo cumplió una suspensión y estará disponible para el próximo encuentro.
El plantel de Alumni volverá a entrenar hoy, en el predio del club.
A las 18.30
El partido que Alumni disputará el próximo domingo ante Gimnasia y Tiro de Salta, en Plaza Ocampo, comenzará a las 18.30, según se anunció anoche.