Dos de los implicados en el “robo de la década” quedaron a un paso de ser juzgados por la Cámara del Crimen de Villa María, luego que las damnificadas se opusieran al pedido de “probation” que aquellos presentaron junto a otros tres acusados.
Se trata del comerciante Fabián Emilio Orpianesi (45) y del trabajador de la construcción Carlos Matías Zárate, alias “Pluma” (25), quienes están imputados en la causa como presuntos “partícipes necesarios de robo calificado por escalamiento”.
Del mismo modo, las hermanas Silvia Mercedes y María Laura Racaro calificaron de “irrisorias” las sumas de dinero que están dispuestos a pagar los cinco sospechosos ya que, en total, ofrecieron 6.000 pesos para reparar el daño causado.
A través de un escrito presentado en la Justicia por los abogados Luis y Lisandro Caronni (padre e hijo), quienes las patrocinan en esta causa, las víctimas del millonario atraco consideraron que “los ofrecimientos económicos efectuados por los cinco imputados no son acordes a las exigencias del artículo 76 bis, tercer párrafo (del Código Penal de la Nación), por ser insuficientes e irrazonables”.
Dicha norma legal establece que “al presentar la solicitud, el imputado deberá ofrecer hacerse cargo de la reparación del daño en la medida de lo posible, sin que ello implique confesión ni reconocimiento de la responsabilidad civil correspondiente. El juez decidirá sobre la razonabilidad del ofrecimiento en resolución fundada. La parte damnificada podrá aceptar o no la reparación ofrecida, y en este último caso, si la realización del juicio se suspendiere, tendrá habilitada la acción civil correspondiente”.
“Así lo entendemos -añadieron las damnificadas- teniendo en cuenta la actividad profesional que tienen cada uno de los cinco encartados y el gran daño material causado por el robo”.
Solicitaron la “probation”
Cabe recordar que en los primeros días de agosto pasado, poco antes de que se iniciara el juicio oral y público a los autores materiales del hecho, Carlos Emanuel “Pajarito” Amici (30), Javier Rolando Silva (35) y Carlos Alberto “Patito Coqueto” Rodríguez (35), los otros cinco imputados que tiene la causa solicitaron la “probation”.
De ese modo, los ya mencionados Orpianesi y Zárate, además de los hermanos Jorge David Romero (38) y Rubén Ricardo Romero (50), y Juan Carlos Amici (57, padre de Carlos Emanuel), imputados como supuestos coautores de “encubrimiento agravado”, evitaron sentarse en el banquillo de los acusados.
La “probation”, o suspensión del juicio a prueba, es un instituto legal que permite que una persona que está imputada de un delito de acción pública, reprimido con pena de reclusión o prisión cuyo máximo no exceda de tres años, y no posee antecedentes, pueda eludir el proceso oral, evitando así la exposición pública en una audiencia de debate.
Cuantioso botín
El audaz atraco se produjo el miércoles 2 de julio de 2008, en el domicilio de las hermanas Racaro, sito en Corrientes 1348, en pleno centro de Villa María, quienes dos días antes habían viajado a la capital provincial por cuestiones de salud y regresaron ese mismo día, alrededor de las 22.
Luego de saltar un portón, subir por una medianera y violentar una ventana de la cocina que da al patio, “Pajarito” Amici y Silva se apoderaron de 267.400 dólares en efectivo (casi 1.250.000 pesos a la cotización actual) y de alrededor de un kilogramo de oro en joyas y alhajas (otros 250 mil pesos si se tiene en cuenta el valor internacional del oro, que es de aproximadamente 56 dólares el gramo), y se dieron a la fuga poco antes que llegaran las damnificadas.
Los roles de unos y otros
De acuerdo con la investigación del fiscal de Instrucción Félix Martínez, para la concreción del atraco, ejecutado por Amici (h) y Silva, con el apoyo de Rodríguez como “campana”, fue fundamental la colaboración de Orpianesi y Zárate, a quienes se los acusa de haber hecho las “tareas de inteligencia” previas para ejecutar el golpe.
Posteriormente, los acusados se habrían contactado con los hermanos Romero, que al momento del robo se dedicaban a la compra-venta de oro, para comercializar las cuantiosas joyas sustraídas.
En tanto, la participación de Amici padre en el caso se circunscribe al hecho de haber adquirido vehículos y otros bienes, a sabiendas de que lo hacía con el dinero obtenido en el cuantioso robo.
A qué se dedican
Orpianesi es propietario de una ferretería ubicada en la intersección de las calles Constancio Vigil y Aguirre Cámara, en barrio San Juan Bautista, donde también está domiciliado, mientras que Zárate se desempeña como trabajador de la construcción.
En tanto, los hermanos Romero son dueños de un local comercial ubicado en el Paseo de la Villa, en el cual funciona una joyería donde venden y compran oro, además de explotar allí un sex-shop.
Finalmente, Amici padre es comerciante, dedicándose a comprar y vender camiones, y además posee una chacarita que se encuentra ubicada sobre la ex “ruta pesada”.
Qué ofrecieron
En otro párrafo del escrito, las víctimas del millonario robo precisaron que Orpianesi y los hermanos Romero ofrecieron 1.500 pesos cada uno, Amici (p) 1.000 pesos y Zárate 500 pesos. “Las sumas ofrecidas no guardan relación alguna, y son irrisorias en relación al daño causado por el delito”, señalaron Silvia y Laura Racaro.
“Es decir que los imputados, en conjunto, ofrecen 6.000 pesos, cuando se nos sustrajo 267.000 dólares y aproximadamente un kilo de oro, cuyo precio estimativo es de otros 250.000 pesos. Esto implica que el ofrecimiento económico es el 0,4% del daño causado por el actuar ilícito”, indicaron las hermanas Racaro en el escrito.
“Consideramos que los ofrecimientos económicos efectuados no gozan de la exigencia de razonabilidad establecida en el artículo 76 bis del Código Penal, y es por ello que solicitamos al tribunal que, en caso de compartir los argumentos expuestos, rechace los pedidos de ‘probation’ por ser los ofrecimientos irrazonables”.
Cerca del juicio
Con respecto a Orpianesi y Zárate, la cuestión penal es más complicada que la de los otros tres implicados. Ocurre que si el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, también se opone a los pedidos de “probation” (algo altamente probable), ambos sospechosos deberán ser juzgados oral y públicamente.
El delito que se les atribuye, ambos en calidad de “partícipes necesarios de robo calificado por escalamiento”, es el mismo por el cual Carlos Rodríguez fue condenado a tres años de prisión efectiva, el pasado 14 de agosto.
Piden el rechazo
“Consideramos que el pedido efectuado por los encartados Orpianesi y Zárate debe ser rechazado. Entendemos que las circunstancias del caso no permiten para ambos imputados dejar en suspenso la posible condena”, señala el escrito elaborado por los abogados Caronni.
Seguidamente señalan que los dos sospechosos “se encuentran imputados como posibles ‘partícipes necesarios de robo calificado por escalamiento’, delito que prevé una escala penal que va de los tres años a los 10 años de prisión, lo que implica que, únicamente en el caso de que el tribunal le aplique el mínimo de la pena, la misma podría ser en suspenso”.